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Tentaciones

'La fiesta de las salchichas': sexo, religión y mucho humor negro

La película de animación más 'hardcore' del año se atreve con todo tipo de tabúes. Desde el conflicto entre palestinos e israelíes hasta el miedo a la muerte

La primera comedia de animación para adultos generada por ordenador. Palabras mayores. Podría haber sido La (súper) fiesta de las salchichas, siguiendo el guiño a Supersalidos y Superfumados, películas que lanzaron al estrellato a sus guionistas, el actor de comedia Seth Rogen y Evan Goldberg. Pero aquí los protagonistas no son humanos, sino su comida. Y, sorpresa, nuestros alimentos también tienen crisis existenciales.

«La escena de la orgía seguro que sacia vuestras tendencias más retorcidas y enfermas»

Al igual que Juerga hasta el fin, el primer filme como directores de estos dos amigos de la infancia, La fiesta de las salchichas es una provocación continua en base a temas universales. Hecha junto a sus colegas —Jonah Hill y Michael Cera son algunos de los que han prestado su voz a la causa—, entre chistes cafres y referencias pop se encuentra una clara intencionalidad "oculta" enmedio de salchichas con la líbido a tope y humanos fumetas: hablar sin tapujos sobre religión. Sí, has leído bien: religión.Aquí el protagonista es una salchicha llamada Frank que busca saciar sus dudas sobre si hay vida más allá del supermercado. "La historia trata sobre la religión, cómo nos divide, cómo nos une, y cómo puede anteponerse a cualquier otra cosa", explica a TENTACIONES Seth Rogen.

Así, en su primera locura animada los humanos oprimen a los alimentos, en un paralelismo con "esas personas que usan sus creencias para someter a los demás". Para explicarlo, cuenta que han utilizado "filmes clásicos que han hablado de esto mismo". Por ejemplo, El triunfo de la voluntad (1935), traducido en forma de un airado bote de salsa alemana más que inspirado en Hitler. O al conflicto entre palestinos e israelíes, representado por un lavash (pan de origen armenio) y un bagel.

Pero, cuidado, no todo es profundidad. "También está lo del hotdog, claro". Rogen se refiere a la "otra" trama de esta delirante película, "la de la salchicha que quiere meterse dentro de un pan de perrito". Frank, con voz del propio Rogen, no solo busca respuestas; también persigue incansable a un panecillo de curvas pronunciadas llamada Brenda. ¿Se identifica el autor con esa salchicha salidorra? "A mi edad tengo que ver más con su búsqueda teológica que con la calentura", confiesa. "Pero hace tiempo la respuesta hubiera sido la contraria".

Alguien como Rogen, acostumbrado a utilizar la incorrección política como material cómico, no tuvo reparos en llevar su universo a la animación. "No creo que sea un campo en el que no se puedan tratar todo tipo de temas", afirma. "Si eres lo suficientemente inteligente y bueno expresando tus ideas de una forma que los demás las entiendan, y tienes respeto, puedes poner cualquier cosa sobre la mesa".Sin ir más lejos, la ya memorable escena de una orgía en la que todos los alimentos estallan de placer. "Me divertí mucho escribiéndola. Seguro que satisface vuestras tendencias más enfermas y retorcidas", augura. Para inspirarse, Rogen se recorrió "pasillos de supermercados a horas intempestivas", imaginando a Salma Hayek como un taco, a Edward Norton en versión bagel o a Nick Kroll como una ducha vaginal. Todos ellos pusieron más tarde su voz a las criaturas digitales. Aunque de quien se quedó prendado Seth es de Chicle, una goma de mascar usada que se mueve en una silla de ruedas eléctrica, a lo Stephen Hawking. "Todas las escenas en las que aparece son geniales, especialmente en la parodia de Terminator 2".

"La historia trata sobre la religión, cómo nos divide, cómo nos une, y cómo puede anteponerse a cualquier otra cosa"

Esa no es, ni mucho menos, la única referencia cinematográfica de La fiesta de las salchichas: en el surrealista viaje de Frank por encontrar la verdad se parodian algunos iconos Disney (y Pixar, con mención directa en la matrícula de un coche). Pero él se pone en guardia si se define a su película como una anti Toy story. "No hemos querido parodiar esas películas, sino disfrutar de ese género", defiende. "Los personajes no usan guantes de Mickey Mouse para burlarse, sino porque crecimos admirando y aprendiendo de ese tipo de animación".Claro que, tratándose de un fumeta confeso como Rogen, las drogas tenían que estar presentes en su última locura. En concreto, en La fiesta de las salchichas aparecen en la figura de Drogata Vaginal, el humano al que pone voz (cómo no) James Franco, y que, colocado, consigue comunicarse con los alimentos. ¿Legalizaría Rogen las drogas? "Sí, pero tal vez no las sales del baño [potentes drogas sintéticas]". Y junto al sexo y las drogas, no podía faltar la última parte de la ecuación: el rock and roll. Una de las armas secretas de la película es el original cameo de Meat Loaf. "Es uno de mis cantantes musicalimentarios favoritos", cuenta Seth. "Otro podría ser Ice Cube".

- La fiesta de las salchichas se estrena en cines el 7 de octubre.

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