Jason Wu, el diseñador de Michelle Obama

UNA MUÑECA es fácil de vestir. No necesita mucha tela. La modelo no se queja y no requiere tantos conocimientos como coser para humanos. Al cumplir los 10 años, Jason Wu le rogó a su madre que le comprara una máquina de coser. Soñaba con embutir sus ideas en cuerpos de plástico. “Quería ser diseñador, sin plantearme hasta dónde podía llegar”. De momento, su talento le ha llevado a Metzingen (Alemania). Allí ocupa desde 2013 el cargo de director creativo de la línea femenina de Boss, una de las marcas que produce el grupo Hugo Boss. En mitad de la inmensa sede de la compañía, Wu parece ajeno al impulso que ha tomado su carrera en poco tiempo. Con 34 años, lleva tres en una de las casas de moda más grandes del mundo. Ha vestido a Michelle Obama en sus dos bailes presidenciales. La firma que lleva su nombre es una de las más prometedoras de Estados Unidos. Y se ha atrevido incluso a darle forma a la nueva fragancia para mujer de Boss. Este modista tímido encarna el paradigma del diseñador de moda del siglo XXI.

El fichaje del taiwanés, que emigró siendo un niño a Vancouver (Canadá), fue un movimiento estratégico de Hugo Boss. La casa fundada en Alemania en 1924 y hoy propiedad del grupo italiano Marzotto presentó durante los primeros seis meses del año una caída del 66% en sus beneficios con respecto al mismo periodo de 2015. Desde Metzingen atribuyen el descenso al cierre de 20 tiendas, decisión que confían que tenga un impacto positivo en 2017. A pesar de estos datos, la firma es una de las principales marcas de ropa masculina y cuenta con una fuerte presencia en perfumería, pero aspira a apuntalar la imagen de su línea femenina.

Modelos de la colección otoño-invierno 2016/2017 que el modista ha realizado para la firma alemana.Mitsue Nagase

Apostar por Wu fue una declaración de intenciones. El diseñador aterrizó entonces en la sede de Metzingen, una ciudad de cristal en la que parecen no tener cabida los habitantes de más de 35 años. Llegó con un estilo más clásico que transgresor y convencido de que la forma en la que la sociedad entiende cómo debe vestir una mujer ha cambiado. “Solemos pensar que hay que ir de una determinada forma a trabajar, pero yo creo que ellas se encuentran mucho más cómodas con algo casual, que exprese su sensualidad sin comprometer su trabajo. Estamos viviendo una adaptación suave, la mujer ahora se siente más segura para expresar lo que quiere”.

Michelle Obama, en enero de 2013, con un diseño de Jason Wu para el baile presidencial.Mitsue Nagase

En ese modelo que defiende el modista encaja a la perfección Michelle Obama, principal valedora de su carrera. Tras terminar sus estudios, Wu fichó por Narciso Rodríguez en 2004 y en 2006 creó su propia firma. Pero fue en 2009 cuando su proyección recibió un tremendo impulso gracias a la primera dama de Estados Unidos, que eligió uno de sus diseños para su primer baile presidencial. Un vestido de color marfil, con un solo hombro, fruncido, realizado en chifón y detalles en pedrería. Wu tenía entonces 27 años. El joven modista tuvo un nuevo golpe de fortuna en 2013. Michelle volvió a elegir para el acto de inauguración del segundo mandato de su marido un modelo suyo. Dos hitos que hincharían de peligroso ego a diseñadores más curtidos, pero no a Wu, que conserva un semblante humilde. “Ella elevó mi nombre internacionalmente. La mujer en política no siempre ha abrazado la moda. Quizá por el miedo de no ser tomada en serio. Ella ha demostrado que puede tener un mensaje poderoso. Transmitir esto es difícil, especialmente en un mundo como ese, dominado por hombres. Es muy fácil ser criticado por llevar ropa bonita o incluso algo sexy”.

Nuevo perfume de Boss.SEÑOR SALME

Wu, que presume de tener buen olfato, ha afrontado un nuevo reto al frente de la dirección creativa de Boss: el diseño del nuevo perfume femenino The Scent for Her. “Es la primera vez que tenemos una fragancia duogender, es decir, que conserva el mismo nombre para él que para ella. Es un gran movimiento que habla de la unificación de las dos divisiones de la casa”. En esta línea se mueve su mayor contribución a la nueva esencia de Boss: un tapón en forma de gemelo. “Es un complemento que se ha convertido en un icono de la firma. La idea era conseguir feminizar un objeto tan masculino, pero sin que dejara de ser una seña de identidad de la marca. Al usarlo como tapón del frasco adquiere gran tamaño y casi se convierte en una pieza de joyería”.