El boca a boca y una lengua casi muerta
¿Sabías que hay un idioma que solo hablan 7 personas o que los niños franceses estudiarán el clítoris en la escuela?
Los habitantes del valle del Rift tienen un tesoro que están a punto de perder. Este pueblo de 4.000 habitantes ha cambiado el yaaku, su lengua originaria, por el suajili, la lengua oficial de Kenia. Actualmente tan solo siete personas, de más de 70 años, son capaces de hablar yaaku con fluidez. A pesar de que la Unesco ya la considera una lengua extinta, sus hablantes están luchando para evitar que desaparezca. Han creado el primer diccionario de yaaku y han puesto en marcha una asociación para preservar el idioma de esta tribu masái. También imparten clases entre los más pequeños.
El clítoris se convierte en una asignatura obligatoria en Francia.
La educación sexual es una parte fundamental en la formación de los jóvenes: evitar embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual y eliminar tabúes sobre el sexo. En Francia han ido más allá y han creado un modelo en 3D de un clítoris, para que los alumnos puedan verlo, tocarlo y sobre todo aprender de él en las escuelas francesas. Según su creadora, la sexóloga Odile Fillod, dar esta clase de herramientas a los adolescentes es “fundamental”, especialmente para que “las mujeres puedan conocerse mejor”. Hasta el momento, este punto de la anatomía femenina se descartaba en los estudios anatómicos al considerar que no estaba relacionado directamente con el proceso reproductivo.
La forma más eficaz de promocionar una película no cuesta dinero.
La industria cinematográfica gasta al año millones en tráileres y anuncios para dar a conocer sus nuevos filmes. Un gasto que puede que empiecen a replantearse cuando lean el estudio realizado en Harvard que demuestra que no hay nada más efectivo que el boca a boca. Lo que más incita a las personas a ver una película es que su entorno la haya visto, para poder hablar de ella.
Las hormigas son más adictas a los opiáceos que al azúcar.
Un estudio publicado en Journal of Experimental Biology ha demostrado la capacidad de estos insectos de engancharse a la morfina. El director de la investigación, Marc Seid, confía en que estas hormigas ayuden a esclarecer cómo las adicciones afectan a los grupos sociales.
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