Atalayas humanas
Fuerza, equilibrio, valor y cordura. Cuatro palabras que resumen las características que deben aunar los castellers para crear las torres humanas que amenizan multitud de fiestas en los pueblos y ciudades catalanes. Desde la base del castell (la pinya) al anxaneta (el que corona la atalaya), más de 200 años de tradición sustentan este ejercicio de hermandad declarado patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco. Solamente en dos ocasiones han alcanzado los diez pisos, pero año tras año el reto se repite.
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