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El paraíso sabe a ron

Tarifa fue la localidad escogida por Brugal para desvelar este verano todos los secretos del licor dominicano

Villa del Paraíso Brugal en la localidad de Tarifa.
Villa del Paraíso Brugal en la localidad de Tarifa. Daniel Moreno
A. MORALES

El paraíso tiene acento gaditano, sabor dominicano y una vista privilegiada de Tánger. Para llegar a él no hace falta más que embarcarse con destino a Tarifa. Y eso lo pueden confirmar los cuatro ganadores del concurso realizado por ron Brugal que les premió con cinco días —con cinco amigos cada uno— en una finca privada y todas las comodidades dignas del edén incluídas.

Cata de ron.
Cata de ron.facebook

El paraíso Brugal, como bautizó la marca de licor originaria de República Dominicana la experiencia, es un espacio exclusivo a tan solo 15 kilómetros de Marruecos, localizado en una urbanización lujosa a las afueras del centro de Tarifa. La villa cuenta con piscina, terrazas y por supuesto mucho ron. La idea de esta actividad es acercar la tradición de la bebida a los consumidores. Brugal quiere que sus clientes no solo conozcan la historia del ron, sino también cómo es el proceso de producción. Para ello, la marca ha creado todo un itinerario con el fin de adentrarse hasta en el más íntimo detalle del licor. Y para hacerlo es necesario tener los ojos vendados, pues así todos los sentidos están centrados en el paladar.

La cata de ron es la columna vertebral de la experiencia. En ella sus participantes aprenden acerca de la caña de azúcar, del proceso de añejamiento y también de los aportes gustativos que dan las barricas al producto. Tener los ojos cerrados permite que quienes degustan de la bebida se concentren en cada explosión de sabor y no se distraigan en aspectos más banales.

Villa de Paraíso Brugal, en Tarifa.
Villa de Paraíso Brugal, en Tarifa.facebook

Una vez terminada la cata llega el turno de la mixología. “La coctelería nace de los destilados. De mezclar los licores y añadirle ingredientes como el azúcar”, explica el barman Jordi Otero, ganador del Worldclass, el concurso que elige al mejor cocktelero del mundo, en 2010.

Pero la experiencia no solo abarca el mundo del licor. Porque si a algo invita un buen mojito es a disfrutar de la música. Y en el paraíso esta asignatura corre a cargo del dj Ed Is Dead. Quienes visitan la villa tienen la fortuna de componer una canción de la mano del músico madrileño.

La experiencia también incluye actividades como kitesurf, cenas a la orilla del mar y paseos por el centro de esta joya gaditana.

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