Milrazas 2014, el secreto de la tierra

CUANDO EL abuelo bebe, sonríe y asiente, Esmeralda y Jesús saben que van por buen camino. Así sucedió con este Milrazas 2014. Querían rendir homenaje a quienes desde hace más de 100 años han plantado, vendimiado y conservado los viñedos en El Bierzo (en Pieros) para que ellos llegaran y concretaran su sueño en un vino: con la tierra bien cuidada y mínimamente tratada, con las cepas que siempre han dado las uvas para el vino de cada día y con madera de castaño (la que los bosques del noroeste ofrecen), se hace este clarete, mezcla de uva y de generaciones, de sentimientos y de respeto. Tiene el vino el color precioso de las puestas de sol que modela el viento del norte. Huele a arcilla roja, a humus y a madroños: es otoño cuando el sol calienta ya con timidez. Sabe a guindas, a musgo y a bizcocho de zarzamora. Es mezcla de energía, de paz, de pasión y de visión clara de las cosas en una naturaleza hecha viñedo.