Multadme
Soy un desconsiderado, un sinvergüenza, un delincuente sin escrúpulos. Y ya no puedo más, necesito redimirme. Me disculpo por ser un curioso insaciable que no puede (ni quiere) parar de aprender. Por ser un maestro con la mala costumbre de querer ofrecer lo mejor a sus alumnos. Por ser un apasionado de la educación y tener la osadía de seguir formándome. Por desvivirme por la lectura y especializarme para que los más pequeños se emocionen, crezcan, se transformen y quieran el mundo de los libros. Por haber entendido aquello tan socrático de “yo solo sé que no sé nada”. Hoy pagaré mi merecida penitencia, un 40% de multa por estudiar el segundo máster (ya la pagué por el segundo grado) que impone la muy honorable Generalitat de Cataluña. La abonaré encantado. Y me autoimpondré otra pena: seguiré aprendiendo, porque cuando has presenciado aquellas miradas llenas de ilusión, comprendes la verdadera trascendencia de lo que tenemos entre las manos. Queridos representantes, ¡que os aprovechen!— Albert Periche Verdiell.Ulldecona (Tarragona).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.