Cómo reaccionar ante alguien que le grita y quedar muy digno
Cada vez que pierde la calma, deteriora su salud y su círculo de amigos
La mayoría de la gente ha de tratar, al menos, con una “persona irracional” en su vida. Es decir, alguien que con frecuencia actúa de forma ilógica o estúpida. Si esta persona es un jefe irascible, un amigo fanático o un adolescente emocionalmente voluble, “no es difícil que su conducta nos arrastre a nosotros mismos a perder el control”. Esto opina Mark Goulston, psiquiatra y profesor en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, EEUU) durante 25 años. Así que, para preservar nuestra salud, es necesario saber cómo tratar o combatir estas detestables conductas que pueden alterar nuestro equilibrio emocional. (La paciencia nunca es tan importante como cuando uno está a punto de perderla).
Cómo controlar las conductas irracionales
Las personas que se conducen frecuentemente de forma irracional, en realidad no quieren molestarle o complicarle la vida. Ni volverle loco. Solo están preocupadas por sus frustraciones y necesidades. Por lo tanto, para afrontar sus conductas, evitar la escalada del conflicto y mantenerse calmado, lo mejor es seguir las pautas de los psicoterapeutas:
Pausarse: Si se siente tenso o enojado ante una conducta irracional, no diga nada. No está obligado a reaccionar inmediatamente. Respire hondo. Inhale aire y expúlselo despacio. Esto contrarresta el impulso a reaccionar que provoca el enfado o el estrés. Repítase: esto es una oportunidad para aprender aplomo.
Escuchar sin interrumpir: Ante una conducta verbal irracional, el primer impulso es cortar el discurso para gritar que la razón está de nuestra parte. Pero interrumpir solo intensifica la hostilidad. No discuta ni intente hacer entrar en razón a su interlocutor. Su interrupción no cambiará la mente de nadie y solo alimenta el conflicto. Es mucho más fácil para el otro cambiar su manera de actuar que de pensar.
Usar la imaginación: Imagine el agua de un río. Observe cómo el agua no tropieza con la misma piedra una y otra vez, sino que fluye alrededor del obstáculo que encuentra. De igual forma, no se resista a la fuerza irracional de su interlocutor. Deje que fluya por su cuerpo y mente sin que le haga mella. "El que no imagina es como el que no suda, almacena veneno", dijo Truman Capote.
Respirar para calmarse: Piense lo primero que le gustaría decir o hacer ante una persona irracional, pero no lo haga. Tome un respiro y exhale despacio el aire. Concéntrese en eso.
Son muchas las víctimas que padecen estas nocivas relaciones personales y que creen posible controlar las conductas irracionales. Cuando han de enfrentarse a estas situaciones reaccionan de forma automática poniéndose a la defensiva o siendo agresivas. Y, en muchos casos, incluso pretenden cambiar los comportamientos irracionales de tales personas intentando hacerlas entrar en razón. Tratan de hacerles ver que sus opiniones o puntos de vista son erróneos y absurdos. Pero esta estrategia aún empeora más las cosas. En palabras de Gouslton, “en vez de aceptar nuestra lógica, la persona irracional reacciona aún más irracionalmente y la situación puede encresparse por ambas partes hacia una alocada discusión que no conduce a ninguna parte”.
Esta manera de enfocar el problema es realmente frustrante, estresante e improductivo. Ninguna de estas reacciones produce resultados satisfactorios. Pero la mayoría de las personas no conoce otra opción. Sin embargo, intentar convencer con argumentos a una persona de conducta irracional no tiene sentido porque, desde su punto de vista, su conducta es racional. Este tipo de personas tiene unos patrones de pensamiento profundamente arraigados en su (in)consciencia. Y su conducta es una respuesta a la amenaza que percibe cuando alguien pone en duda o discute su forma de razonar.
Rendirse no es una derrota...
Una forma eficaz de tratar a gente irracional es la que propone la psicóloga clínica Judith Orloff, también docente en UCLA: “Renunciar a la necesidad de controlar estas difíciles situaciones y olvidarse de que se puede obligar a alguien a cambiar. Esto es, aceptar a la persona irracional tal como es, especialmente si uno ya ha intentado revertir su conducta y no ha conseguido nada positivo”.
...es ser más tolerante
La actitud de renunciar a cambiar comportamientos irracionales puede parecer a muchas personas un síntoma de rendición o debilidad. Pero, al contrario de lo que pueda pensarse, la rendición es una elección activa que nos ofrece la vida. Una opción para ser más flexible y tolerante. Ver más allá de aquello que nos molesta o irrita para descubrir que lo que nos conviene es desdramatizar las conductas irracionales de los demás para no perder nosotros la calma. Como apuntaba la escritora británica George Eliot, “la mayor fuerza para crecer es nuestra capacidad de elegir”.
En el mismo sentido se expresa Lauren Zander, profesora del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU): “Si uno ha decidido que alguien le cae mal, entonces también ha de ser capaz de renunciar a la aversión que siente hacia esa persona”. No necesariamente tiene que convertirla en su mejor amigo, pero flexibilizando nuestro punto de vista podemos aprender a tolerar a esa persona de conducta irracional sin que tengamos que sufrir un ataque de nervios. Esto significa ignorar sus aspectos negativos y pensar en algo positivo que pueda tener.
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