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“Soy el fontanero que inspiró a los japoneses que crearon a Mario Bros”

SE LLAMA Mario Barroz, es fontanero, arregla tuberías y a su mujer la llama “princesa”. Aparte de estas coincidencias, y del hecho de haber pisado una tortuga hace 30 años, este vecino de Vitoria dice ser muy distinto al personaje de la saga de videojuegos protagonizados por Mario Bros. “Se basaron en mí claramente, pero no soy tan violento ni me meto en esas movidas”, aclara.

¿Qué llevó a Shigeru Miyamoto, padre de Mario Bros, a inspirarse en usted para crear el personaje de Nintendo? Le hice gracia. Yo iba a toda prisa por la calle porque tenía que arreglar una tubería y de repente se me cruzó una tortuga y la pisé. Salió el bicho disparado, rebotó contra una pared. Estaba allí el japonés ese haciendo fotos y alucinó.

Estaba de turismo en España. Se ve que sí. Me preguntó si me encontraba bien, pues me caí de bruces. Con gestos, claro. Me senté en la terraza de un bar, porque me dolía el tobillo, y pedí unos champiñones de aperitivo. Insistió en pagar él la cuenta. Se le cayeron unas monedas al suelo. Las recogí y él insistió en que me las quedara. El hombre iba tomando nota de todo, como luego se vio. Utilizó cada detalle en el videojuego.

Llevaba usted el característico mono de trabajo. Tal cual, sí. La verdad es que el aspecto físico lo clavó. Lo de ir saltando barrancos y rompiendo ladrillos con la cabeza ya es exageración pura y dura. Solo he roto uno y fue en las fiestas de San Prudencio.

No ha luchado nunca contra monstruos gigantes que escupen fuego. Me di de hostias con Amadeo, que es grandote como un tonel y escupe cuando habla. Es lo más parecido que he hecho.

Aparte de su mujer, también aparece en los videojuegos un dinosaurio que se llama como su perro. Josy, sí. Lo llamaron Yoshi los japoneses, porque es un nombre de allí. Mi perro también es aficionado a salir corriendo cuando se asusta. Y mi mujer se llama Piedad, pero en el juego la llaman Peach.

Por lo que veo, no le sentó mal que llevaran su vida a los videojuegos sin consultarle. Peor lo tiene mi prima Emilia, que pesa 120 kilos y se inspiraron en ella para hacer el Comecocos. El día que lo descubra, el cabreo será monumental. Pero es verdad que se pasa el día comiendo pelotazos con sabor a queso. Le está bien empleado.

Hábleme de su hermano. ¿Luis? Siempre me ha tenido un poco de envidia. Él tiene un negocio de andamios, Andamios Luis, y no entiende por qué el protagonista soy yo y no él. Él también sale en los juegos, pero siempre como ayudante. Pero un poco de publicidad de su empresa sí le podrían haber hecho.

¿Ha jugado alguna vez al Mario Bros? Ni de coña. Me parece macabro. A mis hijos se lo tengo prohibidísimo. Imagínese, pasar el rato matando a su padre, tirándolo al vacío, riéndose, haciéndole chafar bichos de toda clase.

O disfrazándolo de mapache. De mapache, sí… No he visto un mapache de esos en mi vida, vamos. Ya le digo que el juego se toma muchas licencias.

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