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DEFENSORA DEL LECTOR
Tribuna
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Los Nobel y Greenpeace

La carta de más de cien científicos contra el veto de los ecologistas a los transgénicos tuvo amplio eco y provocó algunas quejas

Campesino recolectando algodón transgenico en la India.
Campesino recolectando algodón transgenico en la India.

Que más de un centenar de científicos galardonados con el premio Nobel se pongan de acuerdo en algo es noticia en sí mismo. Si además demuestran esa sintonía firmando una carta abierta contra una organización tan influyente como Greenpeace, en la que califican de “crimen contra la humanidad” la cruzada que desarrolla contra los cultivos transgénicos, los titulares están asegurados. Es lo que ocurrió el 30 de junio, día en que fue presentado en Washington —y difundido en Internet— dicho manifiesto. Este periódico recogió lo esencial de esa carta en la que se alababan las virtudes del arroz dorado para combatir la ceguera en los niños de países en desarrollo, y se acusaba a la ONG de basar su oposición a los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) “en emociones y dogmas, en contradicción con los datos”.

La controversia entre partidarios y detractores de los OGM no es nueva, pero la carta de los científicos ha avivado la polémica. Prueba de ello es que la noticia provocó en la edición digital cerca de 1.800 comentarios. A mi buzón han llegado también comunicados, que rechazan las razones de los científicos, y mensajes de lectores disconformes con el espacio otorgado a la posición de Greenpeace en este tema. Las quejas quedan reflejadas en el correo que me envió Ángel Blázquez Carrasco, en el que juzga “vergonzoso” que el periódico diera amplio espacio a la iniciativa de los científicos, e incluso se dedicara un Acento al tema, sin hacer otro tanto con la respuesta de Greenpeace. “Desde mi punto de vista demuestra una parcialidad de EL PAÍS que me asusta y me produce rechazo hacia su periódico. Espero que lo solucionen”, concluía este lector.

La noticia ocupaba menos de media página en la edición impresa del diario del 1 de julio, y solo se aludía en el párrafo final al comunicado de Greenpeace en respuesta a la carta, en el que refutaba los argumentos de la misma, precisando, entre otras cosas, que el arroz dorado no ha demostrado ser eficaz para solucionar la deficiencia de vitamina A. En la edición digital se incluyó el enlace al comunicado íntegro de Greenpeace, y al día siguiente se amplió la información con una mención a un segundo comunicado de la ONG con su correspondiente enlace.

Manuel Ansede, colaborador habitual de Ciencia que firmaba la información, cree necesario precisar: “El periodismo científico no consiste en hablar con dos personas u organizaciones que dicen lo contrario y darles el 50% del espacio a cada uno. Aquí no vale la equidistancia, sino la evidencia científica. Los 110 premios Nobel aseguran en su manifiesto que ‘nunca ha habido un solo caso confirmado de un efecto negativo en la salud de humanos o animales’. Su afirmación, más allá de la autoridad de 110 premios Nobel principalmente de Química y Medicina, está apoyada por la mayor revisión sobre el impacto de los OGM, realizada recientemente por la Academia Nacional de Ciencias de EE UU. Esta revisión concluyó que estas plantas son indiferenciables del resto y que no hay ni una prueba de que tengan un impacto negativo en la salud de las personas. El informe también constata que el uso de transgénicos no reduce la diversidad ni vegetal ni de insectos en los campos donde se plantan. Sin embargo”, prosigue Ansede, “en su comunicado, Greenpeace sigue asegurando que los transgénicos pueden ‘provocar daños irreversibles en la biodiversidad y los ecosistemas’. Y, añaden, ‘la seguridad a largo plazo de los alimentos transgénicos para los humanos y los animales sigue siendo desconocida y no existe un consenso científico sobre su seguridad”.

La cuestión no es quién tiene razón sobre los OGM, sino cuál es la noticia

No creo que la cuestión a dirimir sea quién tiene más razón sobre los OGM, sino cuál es la noticia. En este caso lo novedoso era la carta abierta de los científicos. Aludir a la reacción de Greenpeace era obligado también. El periódico hizo una referencia al comunicado de la ONG breve, pero razonable, teniendo en cuenta el espacio que se le dedicó al tema. Y el pasado martes publicó además, en la edición digital, una tribuna de Manolis Kogevinas, médico y presidente de la Sociedad Internacional de Epidemiología Ambiental (ISEE), en apoyo de las tesis de Greenpeace.

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