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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

Juego de tronos en la Unión Africana

José Naranjo

Nkosazana Dlamini-Zuma, actual presidenta de la comisión de la UA. / AFP

Desde que el pasado 1 de abril la actual presidenta de la comisión de la Unión Africana (UA), la sudafricana Nkosazana Dlamini-Zuma, anunciara que no se presentaba a la reelección para este cargo, los jefes de Estado del continente se han lanzado a una sorda batalla por el preciado puesto, que será designado durante la próxima cumbre del organismo continental que tendrá lugar el 16 y 17 de julio en Kigali, la capital ruandesa. Para ocupar el sillón de presidente del organismo que rige los destinos de la UA hay cuatro aspirantes, uno de ellos surgido a última hora, aunque ninguno es claro favorito. La batalla, como si se tratara de un remedo de la famosa serie televisiva Juego de Tronos, se presenta enconada.

La decisión de Nkosazana Dlamini-Zuma, que tenía derecho a presentarse a un segundo mandato, no cogió demasiado por sorpresa a nadie. La histórica dirigente antiapartheid y destacada miembro del Congreso Nacional Africano (ANC, partido en el poder en Sudáfrica) ha decidido regresar a la vida política en su país con la intención, no declarada por ahora, de ser candidata a la Presidencia. Aún faltan tres años para que llegue el momento, pero la que fuera ministra entre 1994 y 2012 es una seria aspirante a suceder a su ex marido y actual presidente, Jacob Zuma, que ha dejado de tras de sí un rastro de corrupción y acusaciones de fraude que, por momentos, le ha situado al borde de la dimisión y que ha hecho tambalear al otrora todopoderoso ANC.

Agapito Mba Mokuy junto al ministro español García Margallo. / EFE

Así que con una Dlamini-Zuma autoexcluida de la pelea, todas las miradas reposan sobre los otros cuatro candidatos que representan a los cuatro bloques económicos en que se divide el África subsahariana. Y el primero de ellos, el escogido entre los países de África central, habla un español muy fluido. Se trata del ecuatoguineano Agapito Mba Mokuy, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación del gobierno presidido por el tirano más longevo de África, Teodoro Obiang. A sus 51 años, Agapito Mba, nacido en la ciudad fronteriza de Ebebiyin y formado en Administración de Empresas y Ciencias Económicas, ha sido miembro del partido en el poder desde sus años mozos y ha estado vinculado a organismos internacionales como el PNUD y UNESCO, para el que trabajó veinte años primero en Bangkok y luego en París.

Llamado de vuelta a casa en 2010, Agapito Mba ha sido consejero internacional del partido de Obiang y su asesor personal en Asuntos Africanos, por lo que jugó un papel clave durante la presidencia de la Unión Africana ostentada por el dictador en 2011. Desde 2012 ocupa la cartera de Asuntos Exteriores y como ministro cuenta en su haber con el “mérito” de haber logrado mantener el premio UNESCO Guinea Ecuatorial pese a las intensas críticas internacionales o la adhesión del país a la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa. La candidatura de Mba Mukoy ha sido defendida con fiereza por el Gobierno de Obiang, que quiere plantar una pica en el organismo panafricano a la vez que prepara su propia sucesión en la figura de su hijo y vicepresidente primero Teodorín, acosado por la Justicia francesa que lo quiere procesar por corrupción, blanqueo de dinero y desvío de fondos públicos.

Speciosa Wandira-Kazibwe, en su imagen de campaña.

La segunda aspirante, en representación de África del Este, es una mujer de armas tomar. Se trata de la cirujana ugandesa Speciosa Wandira-Kazibwe, de 61 años. Desde muy joven se convirtió en una militante defensora de los derechos humanos y las libertades y como tal se enroló en el Movimiento de Resistencia Nacional fundado por Yoweri Museveni, pasando más de quince años en la clandestinidad y luchando activamente contra las dictaduras de Idi Amin, Milton Obote y Tito Okello hasta que Museveni se hace con el poder por la fuerza en 1986. Entre 1989 y 1994, Speciosa ocupa distintas carteras ministeriales hasta que el presidente la nombra titular de Agricultura y vicepresidenta, convirtiéndose en la primera mujer africana en ostentar tal responsabilidad.

Su lustrosa carrera política, durante la cual impulsa el Comité de Mujeres Africanas por la Paz y el Desarrollo y obtiene el premio Ceres de la FAO por su contribución a la seguridad alimentaria y la lucha contra la pobreza, se ve súbitamente interrumpida en 2002 cuando anuncia públicamente su intención de divorciarse de su marido al que acusa de violencia de género, algo que no se suele denunciar en Uganda. Tras dejar el cargo en 2003 vuelve a los estudios y se doctora en Ciencias por la Universidad de Harvard. En 2013 el secretario general de Naciones Unidas la nombra Enviada Especial para el SIDA en África, cargo desde el cual se posiciona claramente en contra de la Ley Anti-Gai aprobada por Museveni. “Me solidarizo completamente con la comunidad LGTB y continuaré defendiendo sus derechos en Uganda y en toda África”, llegó a decir Speciosa en 2014 tras la aprobación de la nueva normativa en claro desafío al que fuera su mentor político. Ello no ha impedido que cuente con el apoyo ugandés para la presidencia de la comisión de la UA.

Pelonomi Venson-Moitoi, ministra botsuana de Asuntos Exteriores. / AP

Desde África austral llega la tercera candidata, la ministra de Asuntos Exteriores botsuana Pelonomi Venson-Moitoi, de 65 años. Periodista de formación y militante del Partido Democrático de Botsuana acumula una enorme experiencia en la gestión política pues ha sido también titular de las carteras de Empleo, Transporte, Comunicaciones, Comercio, Industria, Turismo, Ciencias y Tecnología y Educación en sucesivos gobiernos entre 2001 y 2014. Entre sus prioridades destaca el empoderamiento de la mujer, el desarrollo de la democracia inclusiva y participativa, el freno a la emigración y a la fuga de cerebros y la extensión de la educación a todos los rincones del continente.

Estos son los tres candidatos oficialmente designados por sus respectivas comunidades económicas para ocupar el cargo de presidente de la comisión de la Unión Africana. En todas las quinielas previas se apuntaba también a la designación como aspirante del ministro argelino de Asuntos Exteriores, Ramtane Lamamra, quien finalmente ha decidido no participar en esta batalla acuciado quizás por los problemas internos que sacuden a su país. Sin embargo, en el último momento y debido a un supuesto “bajo perfil” de los tres candidatos mencionados ha empezado a sonar con fuerza la posibilidad de una cuarta candidatura en representación de la Comunidad Económica de Estados de África occidental.

Abdoulaye Bathily, veterano profesor de historia y político senegalés. / AFP

El recién llegado al grupo de aspirantes es el veterano historiador y político senegalés Abdoulaye Bathily, de 69 años. Militante marxista en su juventud y siempre comprometido con las clases desfavorecidas, formó parte de varios gobiernos, tanto del presidente Abdou Diouf como ministro de Medio Ambiente como luego de Energía en el primer mandato de Abdoulaye Wade en Dakar. Su intento de alcanzar la Presidencia del país al frente de la Liga Democrática-Movimiento por el Partido del Trabajo en 2007 es en vano, pero en 2012 un recién elegido Macky Sall decide sacar partido a su contrastada experiencia y rescata al viejo profesor universitario como ministro de Estado para Asuntos Africanos. Bathily había formado parte activa del Movimiento 23 de junio (M23) que se opuso en la calle a un tercer mandato de Wade.

Sin embargo, responsabilidades más elevadas le reclaman y pronto se convierte en miembro habitual de comisiones y misiones especiales de Naciones Unidas en todo el continente, desde Argelia hasta Nigeria. Recientemente, como representante del secretario general en África central, fue designado mediador en la crisis burundesa, aunque también ejerció este papel en otras crisis como la de Malí o República Centroafricana. Su panafricanismo, fue amigo personal del tanzano Jules Nyerere, está fuera de toda duda así como su amplio conocimiento de muchos rincones del continente.

La más que posible candidatura de última hora de Bathily introduce aún más incertidumbre a la resolución de la ecuación de quién ocupará el codiciado trono del que abdica voluntariamente la sudafricana Dlamini-Zuma para intentar poner orden en su partido y su país. Además, el hecho de que no se formalizara en tiempo y forma no ha sido del agrado de los otros candidatos que, como ha sido el caso del ecuatoguineano Agapito Mba, han llegado incluso a expresar su profundo malestar. El hecho de que la lista final de candidatos no se haya hecho pública a menos de dos semanas de la cumbre de Kigali siembra aún más dudas en el camino. Lo que parece evidente es que todos pretenden dar la batalla hasta el final ante la evidente falta de consenso. Teniendo en cuenta que el próximo presidente de la comisión debe ser elegido con dos tercios de los votos de la asamblea de jefes de Estado, se barajan otros escenarios, como una prórroga del mandato de Zuma o la resolución del problema en otra futura cumbre de la UA.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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