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¿Alguien me puede ayudar?

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.Ilustración de Diego Mir

Si tuviera problemas, ¿cuenta usted con alguien en quien apoyarse? Esa pregunta, realizada por Gallup todos los años a una muestra representativa del 98% de la población mundial, busca desvelar la existencia y calidad de las redes sociales con las que pueden contar las personas en caso de enfrentarse a algún problema. La pregunta es relevante porque distintas investigaciones muestran que quienes creen tener familiares y amigos a los que acudir en circunstancias difíciles son más felices que los que no lo sienten así.

Obsérvese que aquí lo que se mide, porque se valora como importante, es la percepción misma que los individuos tienen sobre que exista, o no, un eventual apoyo en caso de necesidad, más que si de hecho cuentan o han contado con él. Y esto es así porque las sensaciones, tengan base cierta o no, son fundamentales en nuestro bienestar. ¿Se imagina usted lo que significa pensar que no tiene a nadie a quien acudir en caso de sentirse en apuros? ¿No es ese un extremo de la desventura y el infortunio?

De acuerdo con los datos correspondientes a 2015, la mayoría de la población mundial responde afirmativamente al interrogante planteado. Un 79% dice tener a alguien en quien apoyarse en caso de necesidad. Aun así, tratándose de algo tan esencial, ¿no es inquietante que exista otro 20% de la población mundial que responde negativamente a la misma pregunta? ¿Uno de cada cinco habitantes?

¿Quiénes son y dónde están esos casi 1.500 millones de personas que manifiestan no contar con alguien a quien acudir en caso de problemas? La respuesta puede sorprender a más de uno, especialmente a aquellos que tienen una visión un tanto bucólica del mundo, en la que asocian ruralidad, pobreza y subdesarrollo con fuertes lazos familiares y sociales, y por otra parte, desarrollo y riqueza material con egoísmo, individualismo y falta de solidaridad.

Los datos muestran que los más pobres dentro de cualquier nación cuentan con menos soporte social.

En 2015, el país con el porcentaje más bajo de respuestas positivas a la consulta en cuestión fue Benín, una pequeña nación en la costa occidental africana, de unos 10 millones de habitantes, más o menos divididos en partes iguales entre rurales y urbanos. Benín está entre los países más pobres del mundo, con una renta per capita de 2.000 dólares anuales, equivalente aproximadamente a un 7% del español. En Benín, menos de la mitad de la población (43%) dice tener alguien que le pudiera respaldar en caso de situaciones complicadas. ¡Menos de la mitad! Al ver esas cifras, uno se pregunta en qué dimensión será más pobre Benín, en la material o en la social.

En el otro extremo del espectro se encuentra Nueva Zelanda, donde casi un 99% de la población dice contar con alguien en quien puede apoyarse en algún trance difícil. Nueva Zelanda es un país con aproximadamente la mitad de la población de Benín, predominantemente urbana, pero con un producto per capita alrededor de 18 veces mayor (36.000 dólares). Por tanto, se presenta como un país rico, material y socialmente.

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Hablamos antes de la conexión entre redes de soporte social y bienestar o felicidad de la gente. Pues bien, esos dos países se ubican en lugares muy diferentes en la escalera de la felicidad. Benín aparece en la parte inferior, con apenas un 6% de la población que considera que progresa, mientras que en Nueva Zelanda un 66% de los encuestados se considera dentro de esa misma categoría “pujante”. Al igual que vemos diferencias importantes entre países ricos y pobres en lo que se refiere a las redes de apoyo social, se observan también desigualdades internas de los lugares de acuerdo con los niveles de ingreso de la población. Los datos muestran que los más pobres dentro de cualquier nación cuentan con menos soporte social que los de mayores ingresos.

Por su parte, España aparece en 2015 entre los países con mayor apoyo social, ubicándose en el tercer lugar del mundo. Nada mal, ¿no? Solo algo más del 4% de la muestra dice no contar con nadie que le ofrezca respaldo en caso de tener que enfrentarse a dificultades. Espero que no esté usted en ese porcentaje.

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