Brexit: El miedo a la migración como arma de campaña
Campaña en contra del Brexit. / AFP
En una de las paradas de autobús en Kilburn, Londres, un señor mayor sostiene en una mano un radiocasete escuchando música cubana. Al lado un grupo de mujeres que tienen cubiertos sus cabellos sonríen, una pareja de rasgos asiáticos hablan afectuosamente y unas compañeras mías (dos rumanas, una francesa y una italiana) buscan la dirección a la que nos dirigimos con una aplicación en el móvil. Eso es Londres, una ciudad de migrantes.
Mañana se decide si el Reino Unido sigue siendo parte de la Unión Europea o si sale de ella. Durante toda la campaña el tema que más se ha debatido, con diferencia, ha sido el de la migración. A mis compañeras, que mencioné al principio, les ha sentado como una bofetada captada en primer plano que en todos los medios se centre el debate en torno a la migración europea. Ellas, quienes se asombraron al principio del número de migrantes de todas partes del mundo en esta ciudad, ahora han pasado a ser las migrantes europeas.
Los argumentos a los que recurren quienes están a favor de salir de la Unión Europea ya los conocemos: culpan a las personas migrantes de ser los causantes del declive del Estado de Bienestar, quitándoles puesto de trabajo, abusando de los servicios públicos, aceptando empleos por bajos salarios, causantes de la inseguridad y delincuencia. Nigel Farage, líder del UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido), ha cargado con un mensaje anti-inmigración, racista, xenófobo y nauseabundo durante la campaña. Semanas atrás se presentaba en una rueda de prensa en la que mostraba un pasaporte británico y comentaba que no servía de nada ya que sin él pueden entrar en el Reino Unido las más de 500 millones de personas que habitan en la Unión Europea. En una de sus últimas presentaciones hizo su aparición con enormes carteles con la fotografía de unos refugiados sirios donde aparecía escrito: “Debemos salir de la UE y recuperar el control de nuestras fronteras".
Esta campaña ha estado de luto tras el asesinato de la diputada laborista Jo Cox, reconocida por su trabajo en diversas ONG y por su defensa de los derechos de las personas migrantes y refugiadas. Al día siguiente de este terrible suceso el Primer Ministro David Cameron compareció junto al líder del Partido Laboralista Jeremy Corbyn en un tributo a Cox, Cameron hizo un llamado a la tolerancia, mientras que el segundo señaló que lo que se había cometido era “un ataque a la democracia”.
Cameron apuesta por seguir siendo parte de los 28 miembros. Logró en febrero un acuerdo especial con la Unión Europea básicamente en materia de inmigración donde, por ejemplo, se le concede discriminar a los trabajadores según el pasaporte o que los trabajadores comunitarios tengan que esperar 7 años para tener acceso a las mismas ayudas sociales que los británicos. Defiende la permanencia no como el derecho de los ciudadanos europeos a la libre circulación dentro de la Unión Europea, sino en el sentido de que necesitan de los migrantes europeos para seguir con el crecimiento económico del país.
De los ciudadanos europeos que viven en el Reino Unido, más de 100.000 son españoles por lo que no podrán votar. Julia, Isa, Elsa y Martín son algunos de ellos.
Quienes piensan volver a España
Julia Flores, de 31 años, es de Toledo, licenciada en Sociología por la Universidad de Granada y Trabajadora Social por la Universidad de Castilla la Mancha. Hace año y medio que vive en Londres, a su chico le propusieron un trabajo y ella lo tomó como una oportunidad para vivir una nueva experiencia, mejorar las condiciones de trabajo que tenía en España y su nivel de inglés. “Me encuentro feliz trabajando como educadora con personas con discapacidad intelectual. Al principio no es fácil adaptarse el estilo de vida, la cultura, el clima y el modelo consumista de esta ciudad. En un futuro sí que pienso volver a Madrid”.
Comenta que hay una cierta incertidumbre respecto al referéndum pero está segura que la mayoría votará por permanecer en la Unión Europea. Sobre la manipulación en torno a la migración como responsable de los recortes sociales que se han dado afirma que es lo mismo que sucede en España: culpar a los migrantes de la crisis, de vivir de ayudas sociales. “Esta ciudad la levantan los migrantes, lo trabajos en el sector de servicios la realizan los migrantes, no los ingleses, parar la migración sería un retroceso para el desarrollo económico del país”.
Isa Alonso de 24 años ha perdido el acento del país donde nació, República Dominicana. Con 8 años llegó a Madrid junto a sus hermanos para reunirse con su madre, ella se siente una madrileña más. En octubre de 2015 terminó la carrera de Psicología del Trabajo en la Universidad Complutense y tras realizar prácticas durante 6 meses en una empresa se vio sin la posibilidad de encontrar un empleo en su formación, así que en lugar de quedarse en Madrid trabajando en algo que no se relacionase con sus estudios decidió venir a Londres.
Tiene planificado volver a España en septiembre, está a la espera de la respuesta que le den las universidades donde ha solicitado estudiar un máster. No oculta la preocupación de volver y no encontrar un empleo y tener que replantearse volver a dejar el país. “No motiva volver si la situación es la misma, para qué volver si no puedo trabajar, ahorrar, plantearme un futuro, pero aquí tampoco veo mejor la situación, no sabemos lo que pasará después del referéndum y cómo afectará a quienes trabajamos aquí, tengo amigos que trabajan en la hostelería pero sin contrato firmado y no saben si se les agotaría esa opción”.
Quienes se quedan en Londres
Elsa Luna, boliviana de 42 años, trabaja en el sector doméstico con una familia española que reside en Londres. Llegó a Madrid en el 2006 apoyada por su hermano que le encontró un trabajo como interna, sólo pudo aguantar 5 meses en ese régimen “Era muy agotador, trabajaba día y noche”, a partir de allí ha ido encadenando trabajos siempre en el servicio doméstico aunque es licenciada en Ciencias Económicas, título que tiene homologado en España.
En el 2014 obtuvo la nacionalidad española y tras los trabajos precarios a los que tenía acceso decidió nuevamente migrar. Extraña la calidad de vida en España y el buen tiempo, pero por el momento no piensa volver por el tema laboral ni tampoco regresar a su país de origen. “Soy soltera y estoy mayor, en Europa para mí vivir es más seguro, en Latinoamericana con la cultura machista y la inseguridad no podría volver. Si fuera joven regresaría a mi país a ejercer mi carrera pero esa opción ya no la tengo. Mi plan es quedarme así que espero que el Reino Unido siga en la Unión Europea para no complicar mi situación. Según las encuestas y lo que he hablado con otras personas creemos que UK no saldrá”.
Martín Castro nació en la capital peruana hace 35 años. Con 21 años aterriza en Madrid al encuentro con sus padres y con la intención de estudiar. Uno de los estudios que cursó fue el de Dirección de Cocina, dentro del plan de estudios obtuvo la Beca Erasmus para hacer prácticas en un restaurante peruano en Londres en el 2014. Tras las prácticas le propusieron quedarse a trabajar con ellos y él apostó por este reto teniendo en cuenta que la situación en España no era la más propicia para poder desarrollarse profesionalmente.
Actualmente trabaja en un restaurante francés para conocer nuevas técnicas y seguir avanzando en el arte de la gastronomía, compaginándolo con sus clases de inglés “Tenía un compañero austriaco y en un momento le dije Can I help me? Cuando quería decir Can I help you? Entonces me di cuenta que tenía que tomar urgente clases de inglés”, comenta entre risas esta anécdota.
Confía en que el referéndum gane la opción de que el Reino Unido siga formando parte de la Unión Europea y si en el peor de los casos se diera la otra opción haría todos los trámites necesarios para quedarse ya que en un futuro quiere abrir su propio negocio en Londres, hasta entonces aprovecha en aprender más del ámbito culinario.
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