Larga vida al taxi de Bollywood

Los taxis Premier Padmini irrumpieron en el paisaje urbano de Bombay en los sesenta. Una década después, más de 60.000 ejemplares se abrían paso entre las atestadas calles de la capital económica india. Estos vehículos, conocidos por los lugareños como kaali-peeli –literalmente, negro y amarillo, sus colores característicos–, siempre habían sido objeto de fascinación para el fotógrafo de Glasgow Dougie Wallace, que también responde al sobrenombre de Glasweegee. Porque no había dos Premier Padmini iguales: los conductores, muchos de ellos procedentes de la India rural, personalizaban hasta el último detalle de estos “taxis de Bollywood”, como los denomina el escocés, transformándolos en auténticas discotecas sobre ruedas. Durante 4 años y 17 visitas, ­Wallace documentó la energía y el caos que rodea a ese peculiar microcosmos formado por taxis, conductores y pasajeros. El fotógrafo terminó su proyecto a finales de 2015. Justo a tiempo. Para entonces, según había estipulado una ley de calidad del aire, los Premier Padmini debían abandonar definitivamente las calles de Bombay.