10 tendencias de diseño
Recovecos aprovechados con ingenio, objetos reducidos a la mínima expresión, ciudades más acogedoras… Del “hágalo usted mismo” a la rehabilitación, pasando por los espacios ampliables, los diseñadores reformulan sus apuestas a través de creaciones que priman las necesidades y motivaciones de un tiempo que reniega de los excesos. La sostenibilidad, la recuperación de ideas o la creatividad funcional definen nuevos paradigmas.
1. Entre arquitectura y diseño: arte
Acompañar sin molestar aleja al diseño del trepidante ritmo de producción de la moda. La voluntad de acercarse al arte lo asoma a la ambición más exigente: la que busca descubrir al usuario ideas y sensaciones insospechadas. El escultor Donald Judd trató de desacralizar el arte. Sin embargo, las sillas y mesas que ideó para amueblar su vivienda en el Soho neoyorquino se venden hoy en las galerías. La arquitecta madrileña asentada en Nueva York Inés Esnal también trabaja en esa línea, haciendo que los espacios y la luz reaccionen a elementos como las cuerdas o el color. Cercanas al arte concreto de la brasileña Lygia Pape, las sogas de la intervención Prism en un edificio de viviendas de Manhattan transforman el espacio con materiales sutiles pero impactantes.
2. Despertar al creador que todos llevamos dentro
La nueva vida del “hágalo usted mismo” obliga a desarrollar el ingenio. Los diseñadores de Field-Experiments –el australiano Paul Marcus Fuog, el norteamericano Benjamin Harrison Bryant y el canadiense Karim Charlebois-Zariffa– abandonaron sus oficinas para trabajar en el sureste asiático. La experiencia transformó su obra. Esta lámpara Counterweight está pensada para montar en 20 minutos y por 44 euros. La idearon para el libro Hágalo usted mismo, en el que la editorial Phaidon reúne propuestas para explicar cómo en la ferretería y en la imaginación está el futuro del diseño.
3. Muebles a gran escala
Casa pequeña, mesa grande. Este es el consejo de Patricia Urquiola para amueblar espacios reducidos. ¿Por qué? Porque en un mueble amplio se pueden hacer convivir varios usos a la vez. Una mesa extragrande –como la que gobierna el granero rehabilitado por los arquitectos del estudio esloveno Ofis– se suma a la arquitectura en lugar de dividir el espacio. De este modo pasa a comportarse más como un componente espacial que como una pieza del mobiliario. La clave para que eso ocurra está en la economía visual del objeto. Cuanto más limpio y sencillo, menos espacio visual robará.
4. Exquisito y asequible
Vivir lo extraordinario de manera ordinara. Tomar conciencia de los enseres, valorarlos por su tacto, su forma o su funcionalidad es la idea de la diseñadora sueca Ingegerd Råman para la colección limitada Viktigt, que Ikea lanza en junio. Lo que esta ceramista y artista del vidrio propone tiene que ver con la resta: reducir hasta dar con lo esencial. Para ella, el asa de esta jarra de agua no es fundamental. “Y la belleza de verter el agua en un vaso transparente es bastante espectacular, de modo que no necesitamos más decoración para un acto así”. Entre la industria y la artesanía, los diseños de Råman a precios asequibles buscan ver la vida cotidiana como una fiesta.
5. Reparar antes que estrenar
Rehabilitar antes que demoler es ya una clave generacional. A la necesidad de aprender a sanear espacios se suma la urgencia de fomentar el ahorro de energía. Así, mientras las fuentes alternativas redibujan el confort de las viviendas y su gestión energética, materiales tradicionales como el ladrillo de esta casa 1014 en Granollers (Barcelona) perfilan nuevas fachadas con mayor capacidad de aislamiento. La vivienda del estudio H Arquitectes recurre a patios para iluminar y separar, recomponiendo lo existente y dejando que hable el pasado en lugar de maquillarlo para ocultarlo.
6. Bótox de tapicería
Butaca Utrecht, de Gerrit Rietveld, retapizada por Bertjan Pot en la nueva colección de Cassina.
¿Cuánto puede cambiar un diseño hasta dejar de serlo? ¿Cuándo pasa a convertirse en algo nuevo? La imaginación por encima del estancamiento es el mensaje de la nueva edición de la butaca Utrecht, ideada por el holandés Gerrit Rietveld en 1935 y retapizada por Bertjan Pot en una edición limitada. La empresa italiana Cassina, que desde 1988 tiene los derechos de reproducción, apuesta por actualizarla con triángulos que miden lo mismo que el ancho del brazo de la silla, con los que la propuesta adquiere un nuevo aire más dinámico.
7. Bienvenidos a la ciudad
La calle como lugar de encuentro cívico para los juegos, las reuniones, la lectura o el descanso mejora las ciudades, la educación y la convivencia. La peatonalización de las vías públicas es una de las soluciones para quedarse en el espacio público, en lugar de simplemente pasar por él. Los arquitectos de Landscape Projects trabajaron con el equipo de Jan Gehl para restringir el paso de vehículos en gran parte de Brighton & Hove, en Reino Unido. El Ayuntamiento quería rebajar el estresante ritmo del tráfico y recuperar la localidad como un sitio para la convivencia.
8. Fragmentar la mesa
Mesa de centro Dúplex, del estudio de diseño Mut.
La mesa de centro desaparece multiplicándose. Dividida en varias mesillas, gana en funcionalidad. Con diferentes alturas y tamaños, aumenta su potencial para ofrecer más servicios y una composición más plástica. El modelo Dúplex, del estudio de diseño Mut, que capitanea el valenciano Alberto Sánchez, se ha hecho eco de esta tendencia. Una y varias mesas a la vez, este modelo (producido por la española Sancal) está fabricado con madera de fresno y una estructura metálica lacada en diversos colores.
9. La casa mutante
Viviendas incrementales de Alejandro Aravena en Monterrey, México.
Más allá de alterar el uso de una estancia o de tirar tabiques, el arquitecto chileno Alejandro Aravena, reciente ganador del Premio Pritzker, defiende la tradición latinoamericana de la vivienda incremental: empezar con la mitad de la casa para hacerla crecer luego. La evolución queda así en manos del inquilino, que decide las prioridades.
10. Espacios inesperados
Además de aprovechar los metros cuadrados, las nuevas viviendas explotan los metros cúbicos. Por eso permiten encontrar espacios inesperados. El potencial junto al techo, los altillos o bajo el suelo diseña viviendas más laberínticas. Lo emplean cada vez más arquitectos que, como Anna y Eugeni Bach, se plantean cómo multiplicar el espacio en un piso de pocos metros cuadrados. En este apartamento de Barcelona, convirtieron en mueble la cocina (al no agotar la altura de la estancia) y el nuevo techo sirvió de asiento para un despacho “colgante”, en el que la mesa de trabajo parece instalada en el aire.
