Revolución Cultural
Han pasado 50 años desde que Mao Zedong aprobaba una directiva secreta para exterminar los restos burgueses de China. Se trataba de la Revolución Cultural. Es imposible dar cifras exactas sobre lo que representó aquella brutalidad. Tampoco estos días ha habido una sola conmemoración, seguramente por miedo a que pueda derivar en algo similar a la perestroika de Gorbachov. El silencio resulta inquietante porque coincide con una nueva ofensiva del régimen para controlar a confesiones religiosas, intelectuales y ONG. El régimen chino sigue viendo amenazas por todas partes y criminalizando a quien se atreve a pedir respeto a los derechos humanos, lo cual significa que las lecciones de la Revolución Cultural todavía no han sido aprendidas.— Enric Barrull Casals. Girona.
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