Nueve bebidas alcohólicas que no tienes ni idea que existen
¿Cansado de beber siempre lo mismo? Prueba, con prudencia, alguna de estos espirituosos. Pero a ver cómo dices al camarero: 'Un akvavit, por favor'
Frank Sinatra dijo una vez: “El alcohol es quizá el peor enemigo del hombre, pero la Biblia dice que ames a tu enemigo”. Frank fue un genio musical, pero llevó hasta mucho más allá de lo que los médicos aconsejan algunos de sus hábitos. Siempre teniendo presentes los innumerables daños que causa al ser humano el abuso de alcohol, lo cierto es que su consumo ha acompañado al hombre y a la mujer a lo largo de toda la historia. Hay evidencias del consumo de cerveza desde el año 10.000 antes de Cristo, y para cuando aprendimos a escribir ya habíamos incorporado las bebidas alcohólicas a todo tipo de liturgias religiosas y saraos sociales. Más tarde desarrollamos el arte de la fermentación y la destilación, elaborando infinitas maneras de adornar el etanol. Y hoy día este “enemigo”, como lo definió Frank Sinatra, puede tomar innumerables formas a lo largo y ancho del mundo. ¿Habías oído alguna vez hablar de estos? Y sí, tómalos con moderación...
Kvass: poquísimos grados y valor nutritivo
(Rusia, Letonia, Bielorrusia, Ucrania, Lituania, Estonia, Polonia). El Kvass se obtiene a través de la fermentación del pan de centeno, lo que influye en el color de la bebida resultante, a la que se pueden añadir aromatizantes para darle sabores como fresa, pasas o menta. Su bajísimo contenido en alcohol es la causa de que los estándares eslavos no la consideren como una bebida alcohólica. Aunque cada vez menos, es aún habitual ver a vendedores callejeros de los países arriba citados que recorren la ciudad con un tanque de Kvass a lomos de un carro con ruedas, sobre todo en verano. Cabe destacar que es altamente nutritivo.
Graduacion: 1,2º.
Berliner Luft: sabor a chicle de menta
(Alemania). En realidad, este trago con nombre de opereta es un licor de pippermint, esa bebida de menta que asociamos a nuestras abuelas, y que por lo menos no deja un aliento a borracho si no a chicle de menta. De hecho se elabora a raíz de hojas de esta planta. Fabricado por la familia Schilkin, una saga de licoreros de origen ruso pero afincados en Alemania, el Berliner Luft tiene la particularidad de ser ligeramente más fuerte que sus homólogos. Suele beberse solo, aunque muchos cócteles lo incorporan en sus recetas. Para hacerlo más atractivo a los turistas es común que se comercialice en botellas con la forma de la Puerta de Brandenburgo.
Graduación: 25º.
Becherovka: un secreto checo que solo conocen dos personas
(Repúbica Checa). 32 hierbas y raíces componen la receta secreta del Becherovka, un licor checo producido en la región de Karlovy Vary que se suele beber como digestivo después de una comida copiosa. Generalmente se toma solo y frío, aunque es común beberlo con tónica, lo que se conoce como Beton (BEcherovka TONica), que en checo significa “cemento.” La bebida fue inventada a principios del siglo XIX por Josef Vitus Becher, y hoy en día se dice que solo dos personas conocen los secretos del proceso de producción. La clave parece estar en el Drogikamr, que es la habitación donde mezclan todos los ingredientes del Becherovka antes de su destilación.
Graduación: 38º.
Akvavit: sana todas las penas
(Dinamarca, Suecia, Noruega). Su nombre proviene del latín aqua vitae (agua de vida), pero en realidad es un licor amarillento destilado de granos o patatas al que se aromatiza con diferentes hierbas como el eneldo, el comino o el hinojo. Se suele tomar solo, aunque algunos prefieren mezclarlo con cerveza oscura, algo que los puristas aborrecen. La primera referencia que se tiene de este licor fue en una carta de un lord danés al arzobispo de Noruega en 1531. En ella, el lord le decía: “Su señoría, reciba esta bebida, llamada Agua de Vida, que ayuda a sanar todos los males internos que un hombre pueda tener”. No sabemos si le funcionó, pero a día de hoy toda Escandinavia sigue intentando descubrir sus propiedades curativas.
Graduación: 40º.
Bálsamo negro de Riga: pregunten a la emperatriz
(Letonia). Con nombre de brebaje medieval, este licor de hierbas de color negro se obtiene a través de la mezcla de 24 variedades de hierbas en vodka puro, lo que le confiere un sabor amargo con un regusto dulce al final. Los letones lo beben solo, con hielo, o mezclado con todo lo que pillan, desde café o refrescos a vodka o Aquavit. La receta fue creada a mediados del siglo XVIII por Abraham Kunze, un farmacéutico de Riga, y de hecho se utiliza todavía con fines medicinales, siendo un remedio para tratar el resfriado o ciertos problemas digestivos. Según la leyenda, la emperatriz rusa Catalina la Grande enfermó durante una visita a Letonia, pero se curó tras beber Bálsamo negro de Riga.
Graduación: 45º.
Raki: para una larga sobremesa
(Turquía, Grecia). Este aguardiente de fuerte sabor anisado es bien conocido por aquellos que hayan visitado Turquía o Creta (Grecia), aunque casi todos los países de la región tienen una versión de esta bebida. Se suele servir como aperitivo, como acompañamiento de las mezes (tapas) o como digestivo al final de una comida. Su fuerte sabor ayuda a aclarar la boca entre diferentes platos o actúa como digestivo una vez al terminar. Dada la conocida hospitalidad mediterránea, lo normal es que se deje en la mesa una botella de Raki y vasos de agua, y entonces la sobremesa puede ser eterna. No es necesario acabarse la botella…
Graduación: 50º.
Poitin: los irlandeses sí que saben
(Irlanda). Si hay un país del mundo donde aman el alcohol por encima de todo, ese es Irlanda. No en vano, el día de su patrón, San Patricio, lo celebran poniéndose como cubas en las calles. Solo ellos podían haber inventado el Poitin, un fuerte licor destilado de manera tradicional de la cebada, el grano o las patatas. Su nombre es el diminutivo de “pot” (olla) haciendo referencia al recipiente en el que se produce. No obstante, la palabra irlandesa para resaca es “poit”, ¿casualidad? Hoy en día su producción es legal bajo ciertos permisos y regulaciones, pero en el pasado era muy común que familias irlandesas lo destilasen de manera clandestina en alambiques caseros. Solían optar por los días de tiempo lluvioso y de viento, para dispersar el humo y el olor resultante de la destilación.
Graduación: 40º-90º.
Arak: y que no se entere Mahoma...
(Líbano, Siria, Iraq, Palestina, Jordania). Y si de los irlandeses uno espera que beban ingentes cantidades de alcohol, de los árabes uno no se espera que lo hagan, por lo menos no tanto. Por eso sorprende descubrir un anís como el Arak, de color lechoso, que es típicamente consumido en la costa mediterránea de Oriente Medio. Su nombre viene de la palabra árabe araq, que literalmente significa “sudor”, pero que se traduce como ”destilación”. Para beberlo se mezclan dos partes de agua mineral con una de Arak, y no es raro añadir hielos para combatir el sofocante calor de la región. Si además lo acompañas con tapas tradicionales, y lo tomas en una terraza de algún bulevar de Damasco o Beirut, entonces estarás disfrutando de una experiencia completa al más puro estilo árabe. Aunque a Mahoma no le haga mucha gracia…
Graduación: 40º.
Samagón: tan amada en Rusia como el vodka
(Rusia). La última no es una bebida concreta, sino el nombre que recibe el alcohol casero que compite de tú a tú con el vodka por ser la bebida más consumida en Rusia. Se destila de prácticamente cualquier cosa que tenga uno a mano, incluyendo patatas, raíces, pan, fruta o incluso azúcar de mesa. La denominación de Samagón engloba desde los productores experimentados que controlan la calidad de todo el proceso artesanalmente, a cualquier hijo de vecino con una bañera y un alambique. Dado que en el proceso de ebullición es necesario eliminar la presencia de sustancias nocivas (excepto el etanol), el Samagón debe realizarse en unas condiciones muy específicas y con unos conocimientos técnicos determinados para evitar (más) problemas de salud.
Graduación: 40-95º.
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