Especies en vías de extinción
OBSERVEN la mirada del animal. Es la que componemos nosotros cuando nos cruzamos con una cara que nos suena, aunque no sepamos de qué. Hay vegetarianos que no comen nada que tenga ojos porque piensan que ello los aproxima a alguna forma de canibalismo. Quizá tengan razón. En las jaulas de los zoológicos hemos visto miradas de miedo y extrañeza que nos recordaban a las nuestras. ¿De qué me suena esta mujer?, parece preguntarse el felino observando a Isabel II, ya de retirada.
–¿De qué me suena la cara de este gorila? –me preguntó hace años uno de mis hijos.
Le sonaba al conjunto de la humanidad, pero no se lo dije por miedo a que repreguntara qué hacía una persona tan parecida a nuestros primos detrás de unos barrotes de hierro oxidados. Isabel II venía de visitar caritativamente unas instalaciones del zoo de Londres que albergarán en un futuro próximo a una familia de leones de una subespecie asiática en peligro de extinción. Sin darse cuenta, como sucede tantas veces, se estaba visitando a sí misma. Díganme, si no, qué posibilidades tiene, en nuestro mundo cruel, de sobrevivir una dinastía con ese sombrero, ese collar, ese bolso, esas maneras, pero sobre todo con un hijo como el famoso Carlos, ¿se acuerdan?, el tampax de la que hoy es su cónyuge, Camilla y pico.
De manera que la reina de Inglaterra, que vive en el palacio de Kensington y pasa los veranos en Balmoral, dos reservas naturales de la monarquía, no advirtió que quizá la mirada de reconocimiento del felino tenía que ver con que ambos pertenecían a especies en vías de extinción. Pobre.
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