La broma más cara del alcalde de Río de Janeiro

En mitad del torbellino político que mantiene a Brasil en vilo, el juez de la mayor operación anticorrupción del país filtró las conversaciones privadas del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y su voz ronca y preocupada se coló hasta en el más recóndito de los hogares brasileños. Entre las escuchas telefónicas hay, sin embargo, una llamada que hizo al expresidente reír a carcajadas y cuyo precio aún está siendo calculado por el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes.

Paes, conocido por su cintura política para lidiar con tirios y troyanos y aliado del Gobierno de Dilma Rousseff, que le ha ayudado a financiar las obras de los Juegos Olímpicos, intentaba animar a Lula. El expresidente había declarado días antes ante la policía sobre supuestos beneficios recibidos de empresas involucradas en la trama corrupta de Petrobras; en concreto, una finca y un apartamento en São Paulo.

A pesar del tono de preocupación de ambos en la conversación, Lula se partía de risa con las provocaciones del alcalde, que se burlaba de él por cutre: “Usted tiene alma de pobre. Imagine si esa finca estuviese en Río. No estaría en Petrópolis [conocida como la ciudad imperial de Brasil], tampoco en Itaipava [refugio de invierno de celebridades]. Es como si estuviese en Maricá. ¡Es una mierda de sitio, joder!”.

La gracia de Paes estaba en comparar el glamur de Atibaia, donde está la finca que Lula frecuenta, con un municipio del litoral de Río, dos lugares de los que muchos no habían oído hablar hasta ahora. La broma sentó mal a los maricaenses y se convirtió en arma política contra alguien que, como Paes, pretende gobernar el Estado de Río en 2018 (y necesitaría los votos de Maricá) y, algún día, el país. Paes se disculpó enseguida con el alcalde de Maricá y sus habitantes y, prácticamente, suspendió su agenda pública, pero los tiempos no están para bromas. Cuando faltan cerca de cuatro meses para los Juegos Olímpicos, este fue el último titular protagonizado por el alcalde: “Vecinos de Maricá simbolizan la quema de Judas con un muñeco de Eduardo Paes”.