Aquí Luis Tosar logra cortarte el aliento hablando de... cerveza

Luis Tosar es un tipo que se toma las cosas en serio. Lleva muchos años demostrándolo en el cine, bordando papeles de malvado intenso con matices o de hombre de la calle con dificultad para negociar a los embates de la vida. En su último trabajo, hay un poco de estos dos.

Como en Celda 211 y en El niño, el encargado de dirigirle en esta ocasión ha sido Daniel Monzón, sólo que no ha sido en un largometraje de acción, sino en un corto sobre cerveza. El trabajo está pensado para explicar por qué Voll-Damm es diferente, porque, amigos, si algo se aprende viendo este spot de apenas tres minutos, es que no todas las cervezas son iguales. La Voll-Damm, explica Tosar, es una cerveza de marzo. ¿Y por qué se llama así? Él mismo se lo explica al compungido camarero que ha perpetrado el crimen de ponerle la cerveza que no es: “Porque era la cerveza que se hacía en marzo. En la Edad Media, al no existir sistemas de refrigeración, los cerveceros tenían que dejar de producir durante los meses cálidos de verano el calor porque las altas temperaturas permitían que las bacterias sobreviviesen y echasen a perder la producción”.

Tosar continúa con su clase literalmente magistral, mientras los demás comensales atienden tensos, muy tensos: “Un maestro cervecero tuvo una idea genial: durante la producción de marzo todos trabajarían más duro para elaborar una cerveza mucho más potente, añadiendo el doble de malta a la fórmula tradicional y obteniendo una cerveza con mucho más cuerpo que resistiría muchísimo mejor los embates del calor”. Así es cómo se hizo posible consumir cerveza durante todo el año.

Este también es el secreto de Voll-Damm. Y servirle otra a Luis Tosar conlleva la pena de permanecer colgado boca abajo sobre una pecera llena de pirañas. Como dice el actor, “creer que todas las cervezas son iguales es como pensar que todos los peces también lo son”. Y eso, claro, tiene un precio. Muy alto.