_
_
_
_
actualidad

Adolescentes, sexo y armas de destrucción masiva

Casos frecuentes, normalmente chicas, acosadas por sus compañeros, mediante la difusión por redes sociales o Whatsapp de fotos o vídeos

Cecilia Jan

Cuando trabajas en una redacción, ves muchas más noticias de las que luego aparecen publicadas en un periódico o se dan en un telediario. Así que no sé si esto que cuento es pura psicosis mía o responde a la realidad que viven los adolescentes y en algunos casos, chavales más pequeños. Estoy suscrita a las notas de prensa de la policía, y casi diría que día sí, día no, recibo alguna relativa a menores, sexo y redes sociales o nuevas tecnologías.

Casos típicos son los de pedófilos que contactan con menores a través de redes sociales haciéndose pasar por otros chavales (o no, como en la nota que me llegó ayer, en la que un hombre de 29 años decía que tenía 22), y que intentan quedar con ellos, y en algunos casos lo logran. A veces engañados, otras coaccionados ya que antes han conseguido que los adolescentes les envíen fotos comprometidas y les amenazan con difundirlas. Pero los casos que me llaman la atención porque cada vez son más frecuentes son los de adolescentes, normalmente, chicas, acosadas por sus propios compañeros, mediante la difusión por redes sociales o WhatsApp de fotos o vídeos en los que salen desnudas o realizando algún acto sexual. Casos que demasiadas veces, tanto en España como en otros países, acaban incluso en suicidio, como el de la canadiense Amanda Todd, que contó en el vídeo de arriba su terrible historia.

Noticias que hacen pensar que son adolescentes como lo fuimos nosotros, con la dosis de inconsciencia y falta de percepción del riesgo típica de la edad, pero con unas armas de comunicación masiva que se pueden convertir, sin mucho esfuerzo, en armas de destrucción masiva. Y es que el acoso escolar siempre ha existido, pero ahora no puedes huir de él ni en tu propia casa, ni aunque te mudes de barrio o de ciudad.

El primer tipo de caso, llamado grooming, muestra cómo, aunque están en esa edad en la que creen que lo saben todo -y realmente saben mucho más que nosotros de muchos temas a su edad-, aún son inocentes y engañables. Pero lo que más me inquieta de estas noticias no es que haya adultos malos-malosos que se aprovechan de tus hijos. Sino que tu propia hija crea que no pasa nada por tomarse una foto o dejarse grabar durante un acto sexual y compartirlo con alguien a quien solo conoce por Internet, con su novio o con el chico que le gusta (hablo de "hija" porque las noticias que he leído de este tipo hablan siempre de chicas como víctimas, y comprendo -aunque no es más que una intuición- que caigan más en ello, por el cóctel de inseguridades y el afán de gustar disparados que por desgracia nos acompaña a esa edad). Y que otros chavales y chavalas de su edad y entorno (que por tanto pueden ser tus propios hijos) decidan que es normal enviárselas a sus contactos, por diversión, borreguismo o para putear a alguien.

Hay casos peores. He leído varios en Estados Unidos y Canadá en los que la chica había sido violada en grupo por otros chavales, que lo habían colgado en la red y que, sin poder soportar la vergüenza y el acoso, se acaba suicidando. Pero en la mayoría de los casos, el problema empieza de forma voluntaria, porque una adolescente no es consciente de que el que hoy es tu amigo o novio puede dejar de serlo mañana y utilizar esas imágenes en tu contra. En uno y otro caso, es terrible que otros compañeros se dediquen a difundirlas e insultar a la protagonista, con una falta absoluta de empatía, de corazón y de cabeza. Ya sé que es cuestión de inculcar a tus hijos unos valores y explicarles los riesgos. Pero ¿quién no recuerda las locuras o tonterías cometidas durante su adolescencia pese a las recomendaciones paternas? ¿Cómo nos aseguramos de que nuestros hijos no sean ni acosadores ni acosados?

La policía recuerda a los menores esto:

Para los padres, la policía da estos consejos:

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Cecilia Jan
Periodista de EL PAÍS desde 2004, ahora en Planeta Futuro. Ha trabajado en Internacional, Portada, Sociedad y Edición, y escrito de literatura infantil y juvenil. Creó el blog De Mamas & De Papas (M&P) y es autora de 'Cosas que nadie te contó antes de tener hijos' (Planeta). Licenciada en Derecho y Empresariales y máster UAM/EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_