Decepción con los políticos
Los cambios en los gestos y las actitudes se antojan insuficientes si únicamente es la historia del baloncesto en España” lo que les une, según se desprende de la dedicatoria del libro regalado por Iglesias a Sánchez. A estas alturas huelga hablar del inmovilismo de uno, del “salvar su pellejo” del otro, o de la crisis interna del de más allá. Huelga también escribir que no es España ni los españoles lo que les mueve. Si tienen el apoyo electoral que tienen no es por un quiebro del destino, ni por un calculado “error” de los electores. Es porque no son líderes lo suficientemente íntegros como para representarnos a la mayoría. Ni tan siquiera lo son para conseguir un pacto estable y de futuro. Visto lo visto, parece lógico pensar que la repetición de las elecciones es la solución menos mala. Siempre y cuando no lleve anexa la idea de que lo que se precisa es un cambio en nuestro voto. Pues lo necesario es un cambio en ellos. Así de claro, de simple y de breve.— Luis Alberto Rodríguez Arroyo. Santo Tomas de las Ollas (León).
España está en horas críticas. Nuestros políticos parece que no son conscientes de ello, pues anteponen sus ambiciones personales a una solución para el país. En Italia más de una vez el primer ministro ha salido de un consenso entre partidos y no como resultante de las elecciones, así el caso de Renzi. Javier Solana tiene la categoría política y humana que necesita el próximo presidente del Gobierno, además de excelentes relaciones internacionales. Si el Rey le encargase formar Gobierno, en el caso de que exista la posibilidad legal de hacerlo, tendrían ocasión las cabezas de los cuatro partidos en liza de demostrar su voluntad de sacar España adelante prestándole leal apoyo. En caso contrario, sirve una vez más lo que dijo Ortega: “España es la historia de una enfermedad”. Añado: crónica y con absurdos y vergonzantes tratamientos,aplicados por médicos de tres al cuarto.— Miguel Teixidor de Otto. Madrid.
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