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CLAVES
Columna
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Democracia con estilo

Raúl Castro es el pasado y sus seguidores le darán la espalda en cuanto muestre debilidad

Jorge M. Reverte

Barack Obama ha demostrado una vez más que es un hombre con estilo. No solo por su forma de andar, de bracear o de vestir, sino de hacer de la diplomacia un arma eficaz para la democracia.

En la rueda de prensa que el presidente de Estados Unidos y Raúl Castro, su homólogo cubano, compartieron en La Habana, Obama no insistió en una cuestión fundamental: que había sido él, fundamentalmente, quien la había hecho posible. Pero hubo más, dejó sin respuesta la payasada castrista que pretendía colar de rondón que en Cuba no hay presos políticos. Ni siquiera Pablo Iglesias ha podido salir a la palestra a defender semejante disparate.

Obama juega con varias enormes ventajas: su país es mucho más fuerte que Cuba, y tiene la inmensa baza que le da el ser quien representa la democracia y la libertad. Hay miles de cubanos que saben que en el país se van a multiplicar las oportunidades. Va a llegar un río de dinero, no siempre limpio, no siempre con intenciones santas pero abierto al talento y la imaginación de los que siempre han presumido los dirigentes de la dictadura.

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Raúl Castro es el pasado, como su hermano Fidel, y sus seguidores les darán la espalda en cuanto muestre debilidad. Hay que esperar que la mafia que ya gobernaba Cuba no vuelva para recuperar las posiciones de poder en las que la sustituyó el Partido Comunista en su versión militar.

Tampoco toda la inversión norteamericana va a ser especulativa. Algo de confianza hay que tener en el exilio cubano en Miami, que tendrá mucho que decir en el proceso de cambio.

España, como casi siempre, amenaza con ver los toros desde la barrera. Menos los empresarios que han atendido en serio a lo que allí pasaba. Al menos en el sector turístico hay alguna oportunidad para este país. En todo caso, lo importante de este periodo que se abre es que en Cuba va a entrar la democracia como un torrente que no podrán detener Raúl Castro, la burocracia comunista y el establishment militar.

No es difícil hacer una apuesta ganadora: Cuba va a ser una democracia. Y Obama ha ayudado a ello. Nos queda saber de Guantánamo.

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