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El Chapo, sus amantes y la diputada

Los servicios de inteligencia desvelan detalles sobre los amoríos del narcotraficante

La diputada Lucero Sánchez López en el Congreso de SinaloaFoto: reuters_live | Vídeo: Facebook
Jan Martínez Ahrens

Joaquín Guzmán Loera mata y ama con la misma ferocidad. Hombre mercurial, a lo largo de los años los biógrafos le han sumado cuatro esposas, 15 hijos e incontables amantes. Algunos amoríos, como la rubia presidiaria Zulema Hernández, acabaron asfixiados en el maletero de un coche y con una zeta marcada en senos y glúteos. Otros entraron en la historia kitsch de México. A esta última especie pertenece la sensual Reina del Sur. La pasión nunca consumada que desató en el capo la actriz Kate del Castillo inundó durante meses las pantallas del servicio secreto mexicano con arrebolados mensajes. “Te cuidaré más que a mis ojos”, le llegó a decir en una frase digna de un corrido.

Pero durante su alocada fuga, El Chapo no solo mostró una desenfrenada pulsión hacia la reina de los culebrones. La reconstrucción oficial muestra que la Nochebuena de 2015, para escarnio de las fuerzas de seguridad, el narcotraficante más buscado del planeta la pasó con su esposa, la antigua reina de la belleza Emma Coronel. Y no quedó ahí el desafío. En Nochevieja disfrutó de la compañía de la diputada estatal del PAN Lucero Guadalupe Sánchez López, de 24 años.

Qué hicieron juntos no lo han revelado los servicios de inteligencia, pero el vínculo entre ambos no era nuevo. La que fuera la diputada más joven de la historia de Sinaloa, la tierra natal del narco, ya había sido acusada de haber visitado al narco en prisión bajo nombre falso. Aunque ella lo negó, la fiscalía mantuvo la imputación e incluso hizo públicas fotografías de una mujer embarazada acudiendo al encuentro carcelario. Su partido, que durante meses la protegió, tuvo que dar el brazo a torcer cuando, tras la captura del criminal el 8 de enero pasado, se filtró que habían estado juntos el primer día del año. Ante el escándalo, la diputada abandonó la formación (aunque no el fuero) y en el paisaje que quedó tras la tormenta emergió un antecedente terrorífico: en junio de 2013, un mes antes de ocupar su escaño, su marido había sido asesinado a balazos al salir de su casa. La autoría sigue siendo un misterio.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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