Esta mujer ha sido crucial para el regreso de Guns N' Roses
Susan Holmes, exmodelo y diseñadora, es la esposa del bajista Duff McKagan. Una mujer de ideas claras que mantiene a raya a su marido y también a sus viejos camaradas
Que el mundo haya sabido de la reunión de Guns N' Roses gracias a una diseñadora de biquinis tiene su gracia. Efectivamente, fue Susan Holmes (modelo en los noventa para marcas como Dior, Chanel, Versace y Marc Jacobs; actual empresaria de ropa de baño, esporádico personaje televisivo y esposa del bajista Duff McKagan) quien soltó la bomba el pasado mes de noviembre. En realidad fue una amiga de ella quien se fue de la lengua cuando los paparazzi las pillaron saliendo juntas una noche. “¡Vuelven los Guns N' Roses (GN'R), hijos de puta!”, dijo tambaleándose un poco, seguramente por los tacones. Susan, más contenida, lo rubricó con un: “Yuhuuu”. Y aunque por lo visto los periodistas allí congregados se morían por saber cosas más importantes (la siguiente pregunta fue: “¿De qué diseñador vas vestida?”), la locuaz amiga continuó en sus trece: “¡Y Duff McKagan está escogiendo las canciones!”, añadió.
No sería de extrañar que Susan Holmes (Ohio, 43 años) hubiera desempeñado un papel en la vuelta de GN’R más relevante que el de simple voceadora. Todo se reduce a una simple ecuación con varios factores/actores: Axl Rose (megalómano cantante) y Slash (hastiado guitarrista), enemigos hasta hace poco irreconciliables; en medio, ejerciendo de golfo redimido y músico hiperactivo, Duff McKagan (tras la disolución de los Roses, ha tocado en solitario, con Velvet Revolver, Loaded y el grupo de Johnny Depp, Hollywood Vampires). Siempre al lado de Duff, y responsable de que este siga por el buen camino tras un largo paseo por el infierno, su señora esposa.
Susan Holmes es la tercera mujer de Duff. Se casaron en 1999 y tienen dos hijas, Grace (18) y Mae (16). Para los parámetros del artisteo, es una familia hiperestable. Ella ha tenido algo que ver, sobre todo a la hora de mantener fuera de circulación hábitos indeseables. Como escribió McKagan en 2010 en su columna en Seattle Weekly: “Cuando recaí con las pastillas después de 11 años sobrio, Susan fue la única persona que estuvo ahí. Ella me cuidó en mi enfermedad, me mantuvo alejado y buscó información sobre las adicciones, en vez de hartarse y ser crítica. No conoció mi etapa de beber y consumir cada día”.
Bienvenido a la jungla
Antes de Susan, Duff McKagan (Seattle, 52 años) llevó tan al límite su aprecio por el vodka, la cocaína y las pastillas que estuvo a punto de morir. En su brillante autobiografía, It's so easy (2012), cuenta su asombrosa evolución: “Empecé a fumar porros a una edad ciertamente temprana: con 10 años, para ser exacto. Tomé mi primera copa con 11 y probé el LSD con 12 (…) Luego, en 1982, cuando la escena musical se hizo más grande y la crisis asoló Seattle, todos percibimos un influjo mayor de la heroína y las pastillas. La adicción se disparó en mi círculo de amigos y la muerte por sobredosis se convirtió casi en un lugar común. (…) Presencié mi primera sobredosis con 18 años. Vi a mi primera novia marchitarse por el caballo (…) Cuando cumplí 23, dos de mis mejores amigos habían muerto por sobredosis de heroína”.
Axl lo presentaba en los conciertos como Duff “El rey de las cervezas” McKagan. En la serie Los Simpson llegó a aparecer una marca de cerveza llamada Duff en su honor (contactaron con él para pedirle permiso). En abril de 1994 coincidió en un avión con Kurt Cobain; ambos volvían a casa (Seattle) hechos polvo. Pocos días después, el líder de Nirvana se suicidaba en su domicilio y Duff era operado a vida o muerte por una pancreatitis tan severa (debida a su desmedido consumo de alcohol) que implicó la extirpación de parte del páncreas y la obligación de someterse a diálisis para el resto de su vida.
El milagro de Susan
Cuando Duff McKagan conoció a Susan Holmes, él había empezado a salir del lado oscuro. Cuenta en sus memorias que superó las adicciones con deporte: primero practicando mountain bike y más tarde artes marciales. El tirillas mofletudo se volvió un madurito fibroso. Empezó a escribir una columna semanal (durante dos años) en el Seattle Weekly. Es uno de las pocas estrellas del rock con estudios universitarios: se ha enrolado en la Escuela de Negocios y Economía de la Universidad de Seattle. Y se ha convertido, sobre todo, en un respetable padre de familia.
En una fantástica entrevista en Seattle Channel, Duff cuenta por qué es tan importante para él la estabilidad familiar: “Siempre me gustó el ideal de familia de películas como Qué bello es vivir. En los años en que estaba tirado con el alcohol y las drogas, mi pena más grande era no tener una familia como aquella. Cuando dejé atrás todo eso, pensé: ‘Quizá todavía estoy a tiempo, a lo mejor tengo esperanza”. Ahora me doy cuenta de que es una gran responsabilidad y no puedes ser irresponsable”.
Buscando a Susan desesperadamente
¿Cómo se cruzaron los caminos de Duff y su ángel (de Victoria’s Secret) de la guarda? Susan lo relataba así en una entrevista en 2008 en el canal Bloomberg: “Nos conocimos a través de un amigo común, periodista, que nos dijo: ‘Deberíais quedar un día”. En otra entrevista, para la página web de su club de fans, añadió: “Duff y yo somos inseparables básicamente desde el día que nos conocimos. Lo primero que pensé de él fue que era el chico más guapo, dulce, espabilado y divertido que había conocido nunca. Y sigo pensando lo mismo”.
Para Susan y Duff, la familia es una entidad con vida propia, una especie de persona jurídica individual que dispone de cuenta de Twitter comunal (@FamiliaMckagan; sic) y un perfil de Instagram colectivo (@familiamckagan). En ese todo, los excesos de una de las partes no tienen cabida.
Por otra parte, Susan parece cómoda en el papel de esposa de estrella del rock. Tendría motivos para echarse a temblar cada vez que Duff sale de gira, pero incluso presume de pertenecer, aunque sea de manera consorte, al gremio musiquero. Participó en el reality Married to rock, del canal E!, que seguía el día a día de cuatro esposas y novias de músicos (además, de ella, las parejas de Billy Duffy, de The Cult; Perry Farrell, de Jane’s Addiction; y Steve Stevens, guitarrista de Billy Idol). La diseñadora de biquinis accedió a protagonizar el vídeo de Dead skin, de Loaded, la banda regular de Duff en los últimos tiempos.
Cuando la hija mayor de ambos, Grace, decidió en 2014 montar una banda de postpunk, aparentemente nadie en la familia temió revivir fantasmas del pasado. Al contrario, con Grace al frente —un calco de la joven Debbie Harry, de Blondie—, The Pink Slips ya han echado a rodar, han publicado un EP (Say l'or Venus) y el propio Duff hace las veces de mánager de carretera, tarea que debe de consistir en llevar a Grace y sus amigos en el monovolumen familiar a cada concierto.
De modelo a emprendedora de éxito
Susan Holmes no parece la clase de persona que permita debilidades. Es, desde 1997, muy apreciada por su faceta de empresaria. Ese año fundó Susan Holmes Swimwear, una firma de bañadores que, gracias a sus contactos en la farándula, han sido vistos en la piel de Kate Hudson, Heidi Klum, Elle MacPherson, Venus Williams o Irina Shayk. En 2008 recibió en Nueva York uno de los Michaels Awards como Mejor Diseñadora de Ropa de Baño, en una ceremonia en la que también resultaron premiados John Varvatos y y la firma Burberry. Por su prestigio como emprendedora también le han otorgado las llaves de las ciudades de Detroit (Michigan) y Toledo (Ohio).
Gente del entorno del grupo señala la importancia de Susan Holmes para el regreso de Guns N’Roses. Cada paso que da su marido parece supervisado por ella. Como en 2010, cuando Susan, militante contra del uso de pieles y el maltrato animal, lo convenció para posar ligeros de ropa para la campaña de PETA Ink, not mink (“Tinta, no visón”). “Pienso que todos tenemos responsabilidad en hacer que este problema sea más visible y difundir la idea de que las pieles no son necesarias, están pasadas de moda y son absolutamente inmorales para los animales”, dijo, convencida.
Susan también aparece en la dedicatoria del segundo libro de Duff, que no es la típica biografía rockera sino una guía para hombres modernos publicada en 2015 y titulada How to be a man (and other illusions): “Para las mujeres que me han hecho ser un mejor hombre: Susan, Grace y Mae”.
El próximo mes de abril, con Guns N’Roses otra vez en los escenarios (8 y 9 de abril en Las Vegas; 16 y 23 en el festival Coachella, en Indio, California; y 19 y 20 en el DF, de México), comprobaremos si Susan también ha hecho de ellos una mejor banda; más sobria, seguro.
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