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¿De qué habla cenicienta?

'Ratones y palomas' reúne en un libro dos versiones de este cuento, la de Charles Perrault y la de los hermanos Grimm

Elena Odriozola

Pocas personas ignoran quién es la Cenicienta, pero su historia puede ser dulce o terrible. Las versiones más importantes que existen son la de Charles Perrault, escrita en 1697, de tono instructivo y con moraleja, y la de los hermanos Grimm, del año 1812, oscura y violenta. Si la de Perrault anuncia a Disney, la de los hermanos Grimm bien podría firmarla Tim Burton. Ambas versiones narran la historia de una joven, tiranizada por su madrastra y humillada por sus hermanastras, que ha perdido hasta su nombre y a quien todos llaman Cenicienta por su sucio aspecto, pues su cama son las cenizas de la chimenea. Pero el amor de un príncipe cambiará su destino. Conocemos los detalles del cuento: un baile en palacio, la llegada de una deslumbrante joven desconocida que desaparece a medianoche dejando tras de sí un zapatito de cristal y el encuentro feliz con su príncipe a pesar de las hermanastras.

Leer es un acto de creación; la lectura posee la capacidad de reescribir lo contado. Al añadir la venganza y un toque de violencia a su Cenicienta, los hermanos Grimm proyectan una luz nueva sobre el relato. Bajo ese áspero foco, el cuento deja entrever una sórdida historia que habla de la envidia, la crueldad y el maltrato. Del hogar como cárcel y fuente inagotable de sufrimientos. Habla de la muerte, el abandono y la orfandad. De un universo femenino perverso y envenenado que ejerce su poder dentro de la casa, y de un arbitrario mundo masculino que manda en el exterior y es capaz de salvar a la víctima siempre que intervenga el caprichoso amor. Y habla, sobre todo, de la imaginación como una de las herramientas más poderosas de supervivencia. En ese ámbito, donde los límites entre el mundo humano, el mundo animal y el mundo imaginario se diluyen, se salva la Cenicienta y nos salvamos todos.

elpaissemanal@elpais.es

Ratones y Palomas

La editorial Nórdica ha reunido en un pequeño volumen las versiones de la ‘Cenicienta’ de Charles Perrault y de los hermanos Grimm. Elena Odriozola, flamante premio Nacional de Ilustración, aporta asimismo su mirada: inocentes ratoncitos y zapatitos para Perrault y ojos sanguinolentos con los que juegan las palomas como si fuesen canicas para los hermanos Grimm.

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