Un prestigio ganado a pulso
Durante el ‘apartheid’, el ballet era solo de blancos en Sudáfrica. Pero desde los noventa, dos generaciones de artistas se han esforzado para que en la disciplina no importen el color de piel o la procedencia étnica. La Joburg Ballet de Johanesburgo, la compañía más grande del país, ha cumplido el sueño de cohesión social de Nelson Mandela.
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1Los bailarines Claudia Monja y Keke Chele. Bill Zurich -
2Lindé Wessels, solista del Joburg Ballet, en un espectáculo para escolares. Charlotte Kennedy -
3Alumnos de la escuela de Joburg Ballet. Jurgen Marx -
4Alumnas de la escuela de Joburg Ballet. Jurgen Marx -
5Kirsten Jensen, solista del Joburg Ballet. Barry Goldman -
6La bailarina Nicole Ferreira-Dill, en un ensayo. Barry Goldman -
7Kitty Phetla baila una particular versión de La muerte del cisne enfundada en un tutú negro, y no blanco como manda la tradición rusa. Susane Holbaek