Música desde el slum para el mundo entero
PorRocío Fairén, cooperante de la ONG Más por Ellos.
En uno de los barrios de chabolas más grandes de África, Kibera (Kenia), la música se escapa entre puertas de latón, zanjas repletas basura y caminos de tierra. Un grupo de jóvenes se ha propuesto dedicarle una canción al que es su hogar para acabar de una vez con el estigma que le persigue.
Kibera es un slum, o asentamiento informal permanente, situado en Nairobi que alberga a casi un millón de seres humanos. Pese a su gran tamaño, no figura en el mapa de la capital y para el gobierno keniano tampoco es prioritario invertir mucho esfuerzo en esta zona. Esto sumerge a su población en un círculo cerrado de pobreza y estancamiento del cual es muy difícil salir.
Se calcula que unas 300 ONG tienen puesta su bandera en Kibera y trabajan con la finalidad de frenar o paliar esta realidad tan dura. Muchas veces, ponen parches, tapan agujeros y heridas que se vuelven a abrir al poco tiempo provocando que los avances sean lentos y ciertas inversiones o acciones hechas en vano.
Kibera solo saldrá adelante gracias a su gente, a sus ideas, a su fuerza y a sus ganas de ver más allá de las montañas de basura y el mar de techos de zinc oxidado. Los habitantes de Kibera pueden, sólo hay que confiar en ellos y acompañarles en el primer salto.
A pesar de que una gran lista de adjetivos negativos pueda calificar a esta comunidad, Kibera, digna y con la cabeza bien alta, puede presumir de una gran movilización social. Incontables iniciativas, cooperativas, grupos artísticos y deportivos, eventos, asociaciones vecinales y de jóvenes con espíritu inquebrantable y luchador, se esconden entre sus laberínticas callejuelas sucias y embarradas.
GYFF (Ghetto Youth Focus Foundation) es un muy buen ejemplo de este tipo de asociaciones juveniles. Se trata de uno de tantos youth groups llenos de iniciativas, ganas y orgullo que existen en este barrio. En una vertiginosa estancia a unos 8 metros del suelo, construida con viejas tablas de madera y trozos de chapa, tienen su oficina. Ahí se reúnen para discutir sobre los temas a los que se dedican como el deporte y la limpieza del barrio y para ensayar cualquiera de las múltiples modalidades de arte que practican.
Los miembros de GYFF son jóvenes que quieren transmitir, inspirar y contagiar su esperanza a la gente que les rodea. El arte tiene esa capacidad, puede llegar a lo más hondo con pocas palabras; es un medio infinito cuyos fines son maravillosos. El arte es un arma y GYFF tiene el libro de instrucciones donde se explica cómo usarla.
En este caso, su arma es MADE IN KIBERA, una bomba. MADE IN KIBERA es una canción dedicada al slum y mucho más; es esperanza, humildad, fuerza y ritmo. Cuatro minutos son suficientes para que una base de Reggae, una letra compuesta para la ocasión y diez artistas, impongan otra cara a Kibera a través de la música.
A GYFF le da la mano la ONG española Más Por Ellos para ayudarles en ese primer salto del que hablábamos anteriormente. Juntos lanzan este proyecto que pretende mostrar ese orgullo arraigado que muchos tienen de pertenecer al slum y que quiere acabar con el estigma de que en Kibera solo hay miseria y pasividad.
Estos jóvenes quieren que su bomba sea letal y que impacte muy lejos. Para ello grabaremos la canción Made in Kibera, la acompañaremos de un videoclip y presentaremos un documental que recogerá todo el proceso. La música, va a ser la chispa que haga que Kibera salga de su escondite y asombre al mundo.
Pon cara a estos artistas, conoce su historias y anímate también a darles la mano. Visita la campaña de de crowdfunding que hemos puesto en marcha para que este proyecto se haga realidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.