Un pedazo de Escocia en una botella
El whisky Laphroaig no es solo un malta centenario con un característico sabor ahumado; también es un club de amigos que te otorga un pie cuadrado de tierra con cada botella
Comencemos con una pregunta de concurso de mises: ¿Qué sabe usted de Escocia? Seguro que a la mente llegan imágenes de acantilados, lagos con monstruo, faldas de cuadros, gaitas y, sí, también whisky. No en vano, en aquel país se trata de algo más que bebida: es un asunto de importancia nacional. También es algo que es capaz de unir a sus habitantes (y a los de otras latitudes) más que banderas y casi tanto como un equipo de fútbol. Ese es el caso de Laphroaig, un malta con 200 años de tradición y que tiene su origen en la remota isla de Islay, algo así como la meca para todo buen aficionado al whisky.
De esa particular zona de Escocia, Laphroaig -se pronuncia “la-froyg”, y significa “el hermoso hueco en la extensa bahía” en gaélico escocés-, toma elementos característicos de la tierra, como un intenso sabor ahumado que le confiere la turba (un carbón vegetal), o la pureza del agua proveniente del arroyo Kilbride. El envejecimiento en barrica de roble americano hace el resto, y así se consigue que cada sorbo sea como beber un poco de Escocia. Y ha sido así durante los dos últimos siglos.
Un whisky tan especial no podía limitarse a ser algo que uno degusta solo. Por eso se ha creado una sociedad llamada Friends of Laphroaig que ya es una de las comunidades más importantes de aficionados al malta (y al whisky ahumado) en todo el mundo y la única conocida que te permite poseer un pie cuadrado (0’09 metros cuadrados) de auténtica tierra escocesa. Para ser parte de este club de amigos hay que introducir el código secreto que incluye cada una de las botellas de Laphroaig en la web www.laphroaig.com y recibir el documento que te acredita como poseedor de un pedazo de tierra escocesa, con las coordenadas para geolocalizar tu trocito de Islay. Y, si en algún momento te encuentras en las bahía de la isla de Islay, puedes visitar tu espacio y reclamar, como miembro de la sociedad, un trago de whisky en el mismo lugar en el que se fabrica.
Los Friends of Laphroaig también tienen otras ventajas, además de ser dueños de una parte de Escocia. Los más de 500.000 socios de 150 países pueden participar en encuentros de aficionados al whisky e, incluso, ayudar a decidir los nuevos sabores de la marca. Laphroaig Select surgió así, de la votación entre los socios para elegir la mejor mezcla de seis variedades distintas de whisky. Y hay pocos clubs en el mundo que te permitan codearte con el príncipe Carlos de Inglaterra, que es miembro de los friends of Laphroaig desde hace tiempo.
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