Abordemos de una vez la situación

Parece que hemos llegado a un punto de no retorno. Los partidos secesionistas catalanes quieren imponer, al margen de la legalidad española, su proyecto independentista. El Gobierno solo reacciona apelando a la ley y a la Constitución sin darse cuenta aún de que eso es tan absurdo como hablarle a un ateo del cielo y el infierno.

La CUP y Junts pel Sí no creen en nuestro marco de convivencia, no creen en nuestras leyes y no creen que sea necesario respetarlas si el fin justifica los medios. Esta libre interpretación les lleva a convertir unas autonómicas en un plebiscito, a considerar que el 48% de los votos es una mayoría suficiente para iniciar un proceso soberanista, a considerar papel mojado cualquier resolución de cualquier tribunal español; y todo por el dejar hacer y la pasividad de nuestro Gobierno central.

Ahora no hay más remedio que actuar, y todos sabemos dónde lleva en último término la aplicación de la ley contra gente que no cree en la ley. Por ello, es el momento de un gran pacto político. Los principales partidos nacionales deberían firmar un acuerdo al más alto nivel antes de las elecciones generales para que cualquier gobierno que emerja del 20-D se comprometa a organizar un referéndum legal en Cataluña, en un plazo razonable y con unas condiciones lógicas (que no pueden nunca ser ganar por un voto más). Solo así será posible apagar este golpe de Estado.— Víctor Guadilla Gómez.