_
_
_
_

Zenobia Camprubí brilla sola

Ángeles Lucas
Fotografía en cristal de Zenobia leyendo. Nueva York, 1916. Casa Museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez de Moguer.
Fotografía en cristal de Zenobia leyendo. Nueva York, 1916. Casa Museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez de Moguer.

Su nombre y su apellido es Zenobia Camprubí, aunque su presentación siempre haya estado seguida por una coma y la siguiente frase; esposa del premio Nobel Juan Ramón Jiménez. Es una definición correcta, pero esta catalana nacida en 1887 brilla sola. Los avances en los estudios sobre su trayectoria como mujer intelectual, emprendedora y concienciada por la igualdad demuestran que no solo fue la impulsora y gestora de los méritos de su marido, sino una persona visionaria y polifacética. Una muestra sobre sus últimas investigaciones se puede visitar en la exposición Zenobia Camprubí, en primera persona que se exhibe en el Museo de la Autonomía de Andalucía (Coria del Río, Sevilla) hasta el próximo 10 de enero y este 28 de octubre se presenta en Madridun libro inédito que recoge sus relatos de juventud.

Una fotografía de Zenobia con su sombrero negro sonriendo en el asiento de piloto de un Chevrolet ilustra que fue una de las primeras mujeres en España en conseguir el carné de conducir, pero esto es solo un dato, sus inquietudes dejaron más hitos relevantes para la época. La doctora en Filología Española y comisaria de la exposición, Emilia Cortés, destaca cuatro aspectos claros en la vida de Zenobia: su personalidad vitalista y positiva; su actitud moderna y viajera; sus acciones pioneras como traductora, mujer de negocios, decoradora, escritora o agente inmobiliaria, y su compromiso con la igualdad social. Escribió Zenobia: “Estoy tan encantada y tan entusiasmada con todo, que no creo que haya ni una persona que disfrute de la vida más que yo”, se lee en uno de sus textos durante su vida de veinteañera y alumna de clases particulares en la Universidad de Columbia de Nueva York. Mantenía la constancia de escribir en un diario sus quehaceres cotidianos, lo que ha resultado fundamental para el estudio de su vida y sus tiempos.

Zenobia y Juan Ramón, 1954. Sala Zenobia y Juan Ramón Jiménez, Universidad de Puerto Rico

Su amor al genio se compaginó con el avance por los derechos sociales y de la mujer. Fue miembro destacado del Lyceum Club Femenino, una asociación de mujeres intelectuales fundada en el Madrid de 1926 para promover la igualdad de género, y durante un tiempo fue secretaria del Comité de Becas de la Junta para la ampliación de estudios de alumnas de la Residencia de Señoritas, lo que le permitía abrir España al exterior y estar en contacto permanente con el mundo extranjero que tanto añoraba tras haber pasado media vida en Norteamérica. Abrió las primeras líneas de exportación de artesanía popular española a Estados Unidos con el trabajo en talleres de bordado y decoró instancias de instituciones internacionales a las que también era invitada por su trayectoria. “En España era una mujer adelantada a su tiempo, durante su juventud tuvo sus pandillas mixtas en América, asistía a reuniones, salía a caminar sola… unos avances que contrastaban con la vida en España y que le supusieron cambios bruscos”, analiza Cortés.

Uno de esos choques fue el aterrizaje en La Rábida (Huelva) en 1909 tras varios años en Estados Unidos. Al llegar creó una escuela de alfabetización para hijos de jornaleros y años más tarde organizaría también otra casa de protección de niños de la guerra en Madrid. “Empeñó hasta plata y joyas para mantener a esos menores”, apunta Cortés. El gesto amable con el que la pintara Joaquín Sorolla en un retrato fue reflejo de su actividad humanística, que se compaginó también con la participación en los Roperos, unas reuniones de señoras que se unían para tejer, coser, tricotar y donar posteriormente las prendas a las personas más necesitadas.

Una caja de hilos de exportación como los que probablemente usara para bordar forma parte de la muestra, que junto a un álbum de recuerdos de Zenobia, en el que aparecen bocetos a lápiz, postales, cartas de un enamorado o la tarjeta de admisión de la Universidad de Columbia son algunos de los 200 objetos que recoge la exposición, que se llevará posteriormente a Moguer, localidad natal de Juan Ramón, y probablemente también a Cataluña. La bienvenida al recorrido la dará un retrato de familia en el que aparece la respetada criada Bobita, también se podrá leer una carta que escribió con ocho años a una revista norteamericana para la que colaboraría de mayor, un abanico y un bolso personal, o el auténtico certificado de matrimonio. Documentos que han sido recabados del Archivo familiar Zenobia-Juan Ramón Jiménez, la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, el Archivo Histórico Nacional y el Centro de Documentación María Zambrano.

Fotografía de Zenobia. De fondo, el cuadro realizado por Joaquín Sorolla. Sala Zenobia y Juan Ramón Jiménez, Universidad de Puerto Rico

La exposición se ha concebido para celebrar el 60 aniversario de la muerte de Zenobia, que falleció el 28 de octubre de 1956. Esperó viva hasta que le concedieron el premio Nobel a su marido y murió tres días después, tras conocer la noticia. Como homenaje a esta fecha, se presenta este 28 de octubre en la sede de la Delegación de la Junta de Andalucía en Madrid el libro inéditoDiario de Juventud. Escritos, traducciones de Zenobia Camprubí (Fundación José Manuel Lara), un elemento más para recordar su propio brillo.

Comentarios

Pues yo creo que Zenobia condiciono mucho a Juan Ramòn.
Hicieron un buen trabajo juntos. Juan Ramón, el mejor de nuestros poetas, tuvo una gran ayuda con Zenobia, hablaba bien inglés, tenía una enorme cultura, un carácter generoso y supo acompañarle.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ángeles Lucas
Es editora de Sociedad. Antes en Portada, Internacional, Planeta Futuro y Andalucía. Ha escrito reportajes sobre medio ambiente y derechos humanos desde más de 10 países y colaboró tres años con BBC Mundo. Realizó la exposición fotográfica ‘La tierra es un solo país’. Másteres de EL PAÍS, y de Antropología de la Universidad de Sevilla.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_