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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado
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Urbanitas: Guía del movimiento de transición. Como transformar tu vida en la ciudad.

"El modelo urbano está hoy muy centralizado. Este proceso se revertirá inevitablemente. Buscar la manera de re-naturalizar las ciudades para que lo esencial se produzca de manera más cercana, adaptarnos a los límites naturales, y gestionar el tema migratorio serán temas claves para el ámbito urbano"

"Vivimos en un momento más de ocuparse que de preocuparse, de pasar de la idea a la acción. Y además es posible hacerlo y pasárselo bien, así que animo a todas las personas a comenzar a actuar en su comunidad, no hay tiempo que perder".

La Guía del Movimiento de Transición es, en palabras de su autor, “una invitación a explorar el porqué, el qué, el para qué y el cómo del proceso de transición hacia una vida más sostenible, justa y feliz”. Sus páginas ofrecen múltiples ideas y herramientas, basadas en experiencias reales de personas y grupos alrededor del mundo. Juan del Río, educador, gestor ambiental, investigador, y cofundador y coordinador de la Red de Transición España, es autor de esta Guía que sin duda, es una aportación imprescindible para el desarrollo de entornos urbanos más sostenibles.

¿Cómo explicarías, brevemente, en qué consiste el movimiento de transición?

Se trata de un gran experimento socioecológico formado por personas corrientes que deciden comenzar un proceso de cambio en su localidad con el fin de construir una comunidad más justa, sostenible y adaptada a los límites biofísicos del planeta. En la actualidad existen iniciativas de transición en más de 50 países, cada una adaptándose a su contexto y dando respuesta desde la escala local a la crisis económica, energética, social, etc. La apuesta es un modelo de desarrollo basado en la relocalización y el desarrollo de resiliencia para adaptarse a los cambios que ya estamos viviendo. Y en ese camino se está trabajando de la mano de otros movimientos como el decrecimiento, la permacultura o las ecoaldeas entre otros.

¿Es posible para las grandes ciudades?

Se puede aplicar y se está haciendo, sí. Sin embargo las ciudades son el símbolo máximo del modelo de crecimiento exponencial, del capitalismo, que no puede mantenerse dentro de los límites ecológicos del planeta. Pensemos que para que exista una ciudad como Barcelona, es necesario que muchísimos kilómetros a la redonda se destinen exclusivamente a ella. Su impacto y huella ecológica es enorme. Además, el modelo de ciudad actual es solo posible mediante un sistema centralizado basado en los combustibles fósiles, sin una red de transporte por carretera, en cuatro días los supermercados estarían vacíos. Ante esto, el movimiento de transición propone fomentar la autosuficiencia y la resiliencia trabajando a escala de barrio. Si el reto es grande, en las grandes ciudades es aún mayor. Pero el trabajo es imprescindible y muchas iniciativas están en marcha, seguro que conoces a más de una en tu barrio.

¿Algunos ejemplos?

No existe una solución universal pero sí muchas pequeñitas. Algunas de las áreas claves en el movimiento de transición son:

  • Alimentación: iniciativas como los huertos urbanos (en Madrid la Rehmad es una de las redes de huertos urbanos más fuertes de España), los grupos de consumo, o el fomento de una alimentación más saludable y local, existen en muchas ciudades. Y hay una tendencia a producir cada vez en las zonas urbanas y periurbanas.
  • Economía: es clave el auge de las redes de intercambio (bancos del tiempo y monedas locales). Las monedas locales han aumentado considerablemente desde 2011 y hay unas 80 que actualmente funcionan muy bien en España (como son el Puma en el barrio del Pumarejo en Sevilla o el Ekhi de Bilbao). Este fomento del intercambio de bienes y servicios entre la sociedad es crucial.
  • Energía: se busca el equilibrio entre decrecer en el consumo material y consumir de manera consciente. Para ello por ejemplo, hay iniciativas encaminadas al mejor aislamiento de las viviendas (en Zarzalejo, Madrid, hay un proyecto piloto para ello). O en Barcelona en el barrio de San Martí-La Verneda el PEP (Plan Energético Participativo) trabaja a nivel comunitario. Y aumenta el número de cooperativas como SomEnergia, de producción y distribución de energías de origen renovable.
  • Movilidad: transporte comunitario, fomento de la bici, etc.
  • Educación: tanto en la educación formal como en la informal. Por ejemplo, la universidad de Santiago de Compostela tiene un proyecto de transición. Además la sensibilización es un eje transversal de cualquier iniciativa.

¿Cuáles dirías que son los retos principales a los que se enfrenta el ámbito urbano?

Hay ciertas diferencias si hablamos de ciudades del “Sur” o del “Norte” relacionadas con la dinámica poblacional, pero podemos identificar algunos retos clave que se comparten. Para que una ciudad exista es siempre necesario un inmenso input energético. En el 2005 alcanzamos el pico de producción del petróleo convencional y en breve será de otros combustibles fósiles. El mismo patrón se está siguiendo para multitud de materiales y recursos básicos en el moldeo urbano actual. Esto implicará para las ciudades que las cosas dejarán de llegar de tan lejos y de moverse tanto. Además, el modelo urbano está hoy muy centralizado. Y este proceso se revertirá inevitablemente. Buscar la manera de re-naturalizar las ciudades para que lo esencial se produzca de manera más cercana, adaptarnos a los límites naturales, y gestionar el tema migratorio creo que serán los temas claves para el ámbito urbano.

La manera en que se reestructuren las grandes ciudades para llevar a cabo este proceso de descentralización estructural, y comenzar a trabajar más a escala de barrio, será crucial para ver cuáles podrán avanzar en esta transición.

¿Quieres añadir algo?

Cada vez que viajo para visitar proyectos veo que hay muchas personas trabajando ya en esta línea, pese a las dificultades y a sentirse a menudo solas. Y quiero recordar que este proceso de transformación ya está ocurriendo. Esto es lo que quiero transmitir con el libro y, a partir de experiencias reales, ofrecer herramientas para que cualquier persona pueda unirse y comenzar a trabajar en su barrio o localidad en este proceso de transición. Pienso que vivimos en un momento más de ocuparse que de preocuparse, de pasar de la idea a la acción. Y además es posible hacerlo y pasárselo bien, así que animo a todas las personas a comenzar a actuar en su comunidad, no hay tiempo que perder.

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