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Audrey Hepburn, del glamour a los fogones

Luca Dotti, el hijo de la actriz, publica un libro en el que mezcla las recetas y la biografía de su carismática madre

Margot Molina
Aurey Hepburn con su hijo Luca, en su casa de 'La Paisible' (Suiza), en 1971.
Aurey Hepburn con su hijo Luca, en su casa de 'La Paisible' (Suiza), en 1971.

Contemplando algunas de sus famosas fotografías de Vacaciones en Roma, My Fair Lady o Desayuno con diamantes nadie podría imaginar que Audrey Hepburn “era capaz de comerse tres platos de pasta y de atiborrarse de helados”, como desvela su hijo Luca Dotti, quien cuenta que la estrella más glamurosa y delgada de cuantas han brillado en Hollywood no se privaba de nada y disfrutaba cocinando para su familia, “como un ama de casa romana normal”. “Mi madre siempre decía que cada uno tiene que escuchar a su cuerpo”, precisa Dotti, quien acaba de publicar Audrey en casa. Recuerdos de la cocina de mi madre, una obra a mitad de camino entre un recetario y una biografía de la actriz británica.

El hijo menor de la actriz está empeñado en mostrarle al mundo que su famosísima madre nunca actuó, ni delante de la cámara ni en su vida privada: “Ella era siempre la misma. Se comportaba exactamente igual con sus amigos de Hollywood que con el tendero de la esquina o con las personas que trabajaban en nuestra casa”, asegura Dotti (Lausana, Suiza, 1970), fruto del segundo matrimonio de Hepburn y del neuropsiquiatra italiano Andrea Dotti. Y para conseguirlo ha escrito Audrey en casa, en colaboración con el periodista Luigi Spinola, un libro que mezcla las recetas favoritas de la actriz con fotografías de su álbum familiar y anécdotas de su vida privada. La obra, que acaba de salir en castellano editada por Libros Cúpula (Planeta), es como una ventana por la que el lector puede asomarse y sentirse uno más de la familia Dotti-Hepburn, un curioso tándem que se forjó durante un crucero por la costa de Turquía en 1968, en el que se conocieron y enamoraron, y duró 13 años en los cuales la actriz solo aspiró a ser una buena ama de casa y cocinar para los suyos, una vocación que la apartó del cine durante ocho años.

“Engracia, que ahora vive en Talavera de la Reina y nació el mismo año que mi madre [1929], introdujo en nuestro menú el gazpacho y la tortilla de patatas. Ella fue como una madre suplente para mí”, cuenta Dotti, quien justifica que la receta de gazpacho incluya salsa de Tabasco porque “era una opción de mi papá”. “Él le añadía picante a casi todo”, aclara.

Mi madre era capaz de comerse tres platos de pasta y de atiborrarse de helados"

Aunque el recetario incluye platos nórdicos —Audrey nació en Bruselas de madre holandesa y padre inglés—, españoles, estadounidenses o suizos —donde la actriz tuvo toda la vida su refugio, la casa jardín de La Paisible—, la mayoría son italianos. “No soy ningún chef, pero me encanta cocinar. Mi madre me enseñó a apreciar los productos. Tomaba mucha verdura y, como casi todos los que vivieron la II Guerra Mundial, patatas, siempre patatas con todo”, comenta el autor del libro.

“Uno de mis platos favoritos son los espaguetis a la puttanesca, que mamá preparaba cuando estaba de vacaciones Giovanna, la celosa cocinera que no dejaba entrar a nadie en su territorio. Se cocina muy rápido, con el fuego muy vivo. La historia dice que es un plato que se hace en solo 15 minutos, porque era el tiempo que las prostitutas tenían entre cliente y cliente. También me gusta mucho el hígado a la veneciana, quizás porque es lo que más comió mi madre cuando estaba embarazada de mí siguiendo los consejos del médico”, cuenta Dotti.

Ella era siempre la misma. Se comportaba igual con sus amigos de Hollywood que con el tendero de la esquina”
Audrey Hepburn en 'Villa Rolli', a las afueras de Roma en 1954.
Audrey Hepburn en 'Villa Rolli', a las afueras de Roma en 1954.

“Nuestra primera intención era hacer un recetario. Yo me dediqué, a lo largo de dos años, a visitar a familiares, amigos y personas que habían trabajado para mi madre y recopilé unos 200 platos. Pero lo que en principio iba a ser un libro de cocina, se transformó en una especie de perfil humano, porque nos dimos cuenta de que era una pena no incluir todas esas anécdotas e historias que había acumulado”, explica Luca Dotti en un casi perfecto castellano con acento argentino por teléfono desde su casa de Roma, la misma en la que creció.

“Aprendí español porque la mamá de mi primer hijo es de Buenos Aires. Me resultó fácil ya que me crié hablando francés e italiano y algo de inglés, pero muy poco”, asegura Dotti, diseñador gráfico quien desde 2013 relevó a su hermano Sean Hepburn Ferrer [hijo del actor y director estadounidense Mel Ferrer, con quien la intérprete estuvo casada de 1954 al 1968] al frente del Fondo Audrey Hepburn por la Infancia, una organización que gestiona el legado de la intérprete desde 1995 con el objetivo de financiar proyectos concretos y continuar así la labor que ella desarrolló como embajadora de Unicef. Los beneficios que se obtengan de este peculiar libro de cocina, que primero se editó en inglés, en octubre saldrá en italiano y el año próximo se publicará en Alemania y en varios países asiáticos, se destinarán a este fondo.

“Mi madre no fue un icono internacional hasta después de su muerte [falleció en 1993 a los 63 años]. Vivió como una persona común, rodeada por sus amigos y manteniendo su privacidad pero no se escondía de nadie y hablaba con todos. Lo que ha venido después es sorprendente, la gente se inventa cosas porque les viene bien”, desvela Luca Dotti, quien recuerda que en una de las exposiciones fotográficas que organizaron en Corea se enteró de que habían escrito que sus padres se conocieron en un crucero en el que él (que era psiquiatra) trabajaba como médico y ella era una pasajera que estaba deprimida. “Les dije que eso era un error que no tenía nada que ver con la realidad, pero me contestaron que era una historia bonita y a ellos les gustaba así”. Con las estrellas de cine cualquiera se cree guionista.

Espaguetis a la ‘Puttanesca’

Para 4 personas
La receta tradicional requiere una pizca de orégano, que mamá nunca añadía porque pensaba que hacía que todo tuviera "el mismo sabor que la pizza". Incluso servido frío, sobre todo en verano, es un plato excelente.
2 filetes de anchoa
½ taza (120 mililitros) de aceite de oliva virgen extra, más un poco para el acabado
Un puñado de olivas negras picadas
Un puñado de olivas verdes picadas
12 alcaparras saladas enjuagadas y enteras
1 diente de ajo cortado por la mitad
Pimiento rojo en escamas, o un chorrito de Tabasco al gusto
400 gramos de tomates pelados enteros (pueden ser de lata)
450 gramos de espaguetis o linguini
6 hojas de albahaca desmenuzadas a mano
Saltear las anchoas con el aceite a fuego alto en una sartén grande y, a continuación, añadir las aceitunas, las alcaparras, el ajo y las escamas de pimiento rojo. Saltear durante 1 minuto. Añadir los tomates, aplastándolos con una cuchara de madera. Dejar cocer la salsa a fuego medio, removiendo de vez en cuando, hasta que se forme un puré denso (5 a 10 minutos, dependiendo de la calidad de los tomates). Apagar el fuego dejando la salsa en la sartén.
Poner a hervir agua en abundancia con sal y cocer la pasta. Escurrir la pasta cuando esté al dente, incorporarla a la sartén y remover a fuego alto. Retirar la sartén del fuego, rociar con un poco de aceite, esparcir la albahaca, y servir.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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