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Mabel Lozano contra la trata

El documental 'Chicas Nuevas 24 Horas' se estrena este 4 de septiembre en Madrid Es el quinto largometraje de la directora en el que denuncia el tráfico de mujeres

Trailer de 'Chicas Nuevas 24 Horas'.Vídeo: M.L.
Alejandra Agudo

“Me encontré con la señora y me dijo: ‘Necesito una chica en Mazuko, para el restaurante. Entonces, tres de nosotras fuimos. La señora me dijo: ‘Tienes que lavarte rápido’. Y le pregunté dónde estaba el restaurante. Ella no respondió nada. Era un bar”. Así es como Yandy, una adolescente peruana de 15 años, cayó víctima de una red de tráfico de niñas y fue obligada a prostituirse en una mina ilegal. Ella escapó con la ayuda de una ONG. “Ni el Gobierno ni su familia se hicieron cargo de ella. ¿Por qué Yandy no tiene las mismas oportunidades que una niña de aquí?”. Se lo pregunta enojada la cineasta Mabel Lozano, quien recogió el testimonio de esta y otras tantas jóvenes en Perú, Colombia, Paraguay, Argentina y España, para denunciar el lucrativo negocio del tráfico de mujeres con fines de explotación sexual en su último documental, Chicas Nuevas 24 Horas.

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“Quería saber quién se lucra de la compra y venta de mujeres y niñas, casi siempre pobres, que son captadas en sus países de origen y después son vendidas como esclavas en países como el nuestro”. Lozano no duda en señalar a culpables. Proxenetas, familiares, autoridades corruptas, consumidores. “Es el tercer mayor negocio del mundo después de las drogas y las armas, mueve 32.000 millones de dólares. Y, claro, tiene muchos cómplices”, explica la directora.

Chicas Nuevas 24 Horas, que se estrenará en la Cinemateca del Matadero, en Madrid, el próximo 4 de septiembre, es el quinto largometraje que rueda la directora sobre este tema. Lozano es autora también de cinco cortos y tres campañas internacionales en defensa de los derechos de las mujeres, la mayoría en contra de la explotación. “El primero, Voces contra la trata, fue pionero porque hace 10 años no se hablaba tanto de este asunto. Con aquella cinta conseguimos visibilizar a mujeres de todo el mundo que eran explotadas en España”, recuerda. “En un segundo trabajo, trataba sobre la complicidad de los clientes”, añade para lanzarse al tema. Se refiere a Escúchame, un vídeo de poco más de cuatro minutos que resumen los cinco meses que Svetlana Deminovich fue esclavizada sexualmente en Madrid. Un tiempo en el que más de 800 hombres pagaron por sus servicios.

“Parece que la trata es cosa del tercer mundo porque no les va a pasar a nuestras hijas, pero son nuestros hombres, maridos, hijos… los que son cómplices cuando consumen. Esto sí ocurre aquí”, denuncia Lozano apoyando su dedo índice sobre la mesa. Ella, que ha rodado campañas públicas contra la trata, cree que aún hace falta mayor sensibilización en España. “Somos el tercer país más consumidor de prostitución”, lamenta.

Chicas Nuevas 24 Horas

Los días 4, 5 y 6 de septiembre se proyectará en Cineteca Matadero (Plaza de Legazpi, 8. Madrid) por 3,5 euros la entrada.

Del 17 al 24 de septiembre podrá verse en los cines Zoco Majadahonda, y el 23 de este mes, para conmemorar el Día Internacional contra la Trata con fines de explotación sexual, se inaugura la exposición Chicas Nuevas 24 Horas en Casa América (Plaza de Cibeles, s/n. Madrid).

La película también viajará al festival de Rio de Janeiro y se estrenará en Bolivia y Paraguay —con la copia doblada al guaraní para que llegue a los colegios desde donde son captadas las victimas. Después, se estrenará en Argentina, Colombia y Perú —con la copia en quechua para que se visione en los colegios del Alto Andino.

Además de ser traducido a las lenguas indígenas de algunos de los países de origen de las víctimas, para servir como material para la sensibilización en las escuelas; el documental ha sido editado en dos versiones, una de 70 minutos para cine, y otra de 55 para televisión, con la finalidad de llegar a la mayor cantidad de público posible, explica la directora.

Pese a que Lozano no considera que su documental sea periodístico, en Chicas Nuevas 24 Horas, sigue una regla que enseñan en las facultades de comunicación para la búsqueda de la verdad: seguir el rastro dinero. Para ello, se (nos) hace tres preguntas: ¿Quieres aprender este negocio? ¿Quieres formar parte de él? ¿O únicamente quieres mirar? “No es grave solo que las vendan en su país, sino que aquí las compren. Muchas son compradas en el primer mundo. Contra el tráfico de mujeres hay que hacer política en origen, pero también en el destino”, razona. En su opinión, no se lucha con la diligencia que se debiera. “Se invierte mucho en combatir la droga o el tráfico de armas, pero no contra la trata. Y está la corresponsabilidad de la demanda... Como se lucra tanta gente, es difícil erradicarla”, dice quien ha entrevistado a tantas víctimas.

"Me llamo Sofía y tengo 17 años. Cuando llegué a Madrid, yo venía con mi prima. Porque como era menor de edad, debía tener una persona que se encargara de mí hasta que tuviera los 18 años. Ella vino aquí buscando una vida mejor y nos quedamos con nuestra tía viviendo. A mi prima le obligaron a ejercer la prostitución. Un día llegó llorando, sangrando, contándome que había estado con 40 hombres, que se había acostado con 40 hombres. Y llorando me dijo: ‘Ya no quiero hacer más este trabajo porque me maltratan’. Le pegaban. Y ella no quería esa cosa para mí. Y que yo previniera esa cosa. Me contó que mi tío y mi tía estaban de acuerdo que cuando cumpliera 18, me prostituyera también para ganar dinero con nosotras”.

Este es el testimonio de una joven procedente de Paraguay recogido en la película. El documental expone casos, además, de Argentina, Colombia, Perú y España. “Sus historias me hacen seguir, lejos de hacerme flaquear”, subraya la cineasta que anuncia con orgullo que el documental que ahora estrena en Madrid, fue declarado de interés nacional en Paraguay el pasado 6 de agosto. “Es una noticia transformadora. ¡Y estamos seleccionados a los premios Fénix como mejor docu Iberoamericano!”, añade. "Esto sí que es poner un granito de arena para la mejora de la vida de quienes están desnudas de derechos", celebra.

El interés de Lozano por la trata surgió hace una década durante una visita a Proyecto Esperanza, que desde 1999 da apoyo integral a mujeres víctimas del tráfico de seres humanos con fines de explotación principalmente en la prostitución y también en el servicio doméstico, matrimonios serviles, trabajos forzados u otros en condiciones de esclavitud. “No podía dar crédito a lo que me contaban”, dice. Entonces, Lozano era conocida por sus trabajos como actriz y presentadora de programas en la pequeña pantalla. “Aparecer en la televisión no significa que seas una persona superficial y frívola, que no seas una persona implicada. Y yo lo he sido siempre”. En aquella época de starlete, como ella dice, pudo formar un hogar, una familia. Y fue tras pasar por la escuela de cine cuando estrenó su primera cinta en 2007. “Como directora he podido, de verdad, desarrollar una labor comprometida contra la trata”, asegura.

Por este trabajo audiovisual al que se ha dedicado en los últimos diez años, Lozano ha recibido bastantes galardones. Con Voces contra la trata se hizo con el Premio Afirmando los derechos de la mujer del Festival de Cine de Málaga en 2008, el Culturas 2010 de la Junta de Extremadura y el de Mujer del Año Cosmopolitan 2010 a la solidaridad.

Otra veintena de estatuillas completan su palmarés por su dedicación a la defensa de los derechos de las mujeres. No solo como cineasta, sino también como activista. Así se considera ella. “Doy conferencias por todo el mundo para conciencias contra la trata”, explica. Pero no es reconocimiento lo que más desea Lozano, que se encuentra en la capital para el estreno de su cinta. “He pasado aquí el verano, pero me ha gustado Madrid en agosto”, afirma. Ya está trabajando en nuevos proyectos, pero ahora toca la promoción de sus chicas nuevas, para que las mujeres dejen de ser un producto que una vez usado, se pueda tirar y reemplazar. Ese sí es su objetivo. 

Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

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