MFSHOW Men 2016: Orgullosos de llevar traje en verano
El oxímoron de llevar tres piezas cuando el mercurio cuenta 41 grados se resuelve en la pasarela madrileña
La sastrería de verano, esa variación del código clásico que utiliza tejidos más ligeros, colores más claros y cortes más relajados, ha sido siempre caballo de batalla de las firmas mediterráneas frente a la rigidez británica. Las propuestas que esta semana han desfilado en MFSHOW Men, la pasarela madrileña alojada en esta ocasión en el hotel NH Eurobuilding, no sólo reivindican este orgullo meridional; también lo llevan a terrenos más exóticos que, en una pasarela que pretende reflejar el modo de vestir del hombre de la calle, resultan incluso audaces.
La primera salida del primer desfile, Emidio Tucci, parecía anticipar la recuperación de un cierto futurismo sesentero que no habría desentonado en el Eurobuilding previo a su última remodelación; traje blanco, impermeable transparente y maleta rígida de tonos metálicos. Sin embargo, era una falsa alarma; a medida que avanzaba el desfile, los tonos pálidos y las gamas armónicas de colores arenosos fueron dando paso a latitudes más terrenales. ¿Podría haber un toque oriental en los fulares y las camisas de seda cobrizas, o en las camisas de cuello abierto y formas holgadas? Muy posiblemente, aunque la mayor parte del desfile remitiera más a las costas mediterráneas de Francia o Italia que a las de Turquía o Egipto: azules, grises, blancos, tejidos de algodón y prendas cómodas.
También costera era la inspiración de García Madrid, que regresaba a Mfshow Men tras algunas temporadas desfilando en solitario. La firma madrileña, que ha logrado consolidar una clientela fiel en un segmento poco explorado, comenzó el desfile con modelos oscuros que fueron aclarándose y dando paso a caftanes y prendas relajadas con los patrones que le son característicos desde hace varias temporadas.
Mirto, con una impresionante trayectoria comercial, demostró olfato en una colección dominada por un único color, el azul, declinado en distintas variaciones y tonalidades. Sus camisas, auténtica enseña de la casa, protagonizaron una colección amplia y plenamente mediterránea, del mismo modo que fue náutica la presentada por Cremieux. Con colores más brillantes y rotundos, su sastrería es tan ligera y flexible que resulta casi deportiva, inspirada en los deportes marítimos y en un tipo de elegancia plenamente veraniega.
Algo similar cabía esperar de Tenkey, aunque la firma madrileña sorprendió con una colección más relajada y deconstruida que en anteriores ocasiones (sus trajes de piqué de algodón fueron algunas de las piezas más convincentes de la jornada) y, especialmente, con un empleo de los estampados que, por lo que parece, será crucial el próximo verano.
De hecho, si la sastrería relajada ha sido uno de los ejes de Mfshow Men, el otro ha estado copado por los estampados. Los que presentó Soloio se podrían definir como la artillería pesada del sector: en algún punto entre los papeles pintados de William Morris y los estampados industriales de los años sesenta, la firma explotó las posibilidades cromáticas de sedas italianas y algodones de alta calidad para poner sobre la pasarela una declaración de orgullo decorativo que nos recuerda que el vintage todavía tiene cuerda para rato.
Al mismo tiempo, dos jóvenes diseñadores demostraron que el estampado no tiene por qué ser retro; los de Juanma Cabezón, en rojo y negro, recuperaban un tipo de grafismo futurista y agresivo que replicaba en camisas, prendas de punto, pantalones y cortes deportivos. Los de Rubén Galarreta, un joven creador logroñés que, tras estudiar en Madrid y trabajar con Manish Arora, decidió abrir su propia marca en Nueva Delhi, se ubicaban entre el ghetto orientalista y el post internet. Su empleo de la estampación digital para crear prendas deportivas de inspiración unisex estaba repleta de mensajes apocalípticos y lujo hedonista. Como si las tranquilas vacaciones mediterráneas que mencionábamos hubieran derivado en una juerga salvaje en alguna megalópolis asiática.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.