Así se cose el colchón más caro del mundo, en un vídeo de solo 28 segundos

Peter Rinne tiene las manos suaves y bonitas. Con sus dedos finos coge una aguja larga y afilada y la hinca con delicadeza. Se dispone a dar el último toque, el más artesanal y complicado, al que muchos consideran el mejor colchón del mundo. Y el más caro: su modelo estrella cuesta 88.000 euros. Es una producción de Hästens, una empresa sueca fundada en 1852, empeñada en que se duerma cómodo y profundo. Según la publicación especializada Here Woman Talk, el colchón más caro es de Hästens; a mucha distancia se sitúa el de E.S. Kluft (28.000 euros) y el de Hymnos (14.000).

Asistimos a una demostración de Rinne en Madrid. Con suma habilidad, este experto va cosiendo el colchón. “Después de 50 años de dormir en la misma cama, puede que los colores se vean más apagados, pero el material está en perfecto estado”, comenta sobre sus criaturas.

Rinne, que se ha puesto crema en sus manos para luego ajustarse unos guantes, explica la técnica que utiliza. "Todo el trabajo requiere mucha precisión: uno tiene que ir cosiendo el colchón puntada a puntada, y así ir uniendo la lana, la crin de caballo, el algodón, el lino y el pino de Suecia para poder construir desde el robusto bastidor hasta el tejido flexible con el diseño blue check [cuadros azules] típico de Hästens". Según Rinne, que lleva 17 años trabajando en Hästens, el tiempo que se tarda en hacer este colchón oscila entre las 8 y las 10 horas, y trabajan unas diez personas. "La parte de la artesanía, la de coser, es la que más tiempo lleva", apunta.

Pero qué diferencia a esta cama del resto. Agazapado en el taburete y sin dejar de coser, Rinne contesta: “La ausencia de máquinas y de productos químicos en los materiales es lo que nos hace despuntar del resto”.

Hästens es una empresa familiar que después de cinco generaciones y 163 años de historia continúa tejiendo completamente a mano cada cama. Solo tienen una fábrica, situada en Köping (Suecia). Desde allí sus camas se distribuyen por todo el mundo. Los materiales son 100% naturales. En concreto, la madera de pino sueco utilizada la dejan crecer lentamente en el norte de Europa para que el material esté más duro y rígido.

Finalizada la tarea y con una copa de champange en mano, Rinne nos declara, con seguridad, que su cama es la mejor del mundo. "Compruébalo: túmbate y disfruta", nos dijo sin rodeos.