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QUÉ MUEVE A... FEDERICO MAYOR ZARAGOZA

“La única alternativa a la revolución es la evolución”

El que fuera director general de la Unesco se muestra esperanzado ante un cambio social y político: "Es turno de la verdadera democracia, no de las mayorías absolutas"

Pablo Linde
Federico Mayor Zaragoza, durante el I Encuentro REDS.
Federico Mayor Zaragoza, durante el I Encuentro REDS.Julio César González (REDS)

Si le hubiera pillado más joven, quizás Federico Mayor Zaragoza, (Barcelona, 1934) habría encabezado alguno de los movimientos ciudadanos que tienen revuelto el panorama político español. Al menos, el discurso del que fuera alto cargo durante la dictadura, diputado y ministro con la UCD y director general de la Unesco hasta 1999, no desentona mucho con el de las Colaus y las Carmenas que están a punto de dar un giro a los ayuntamientos de las dos grandes ciudades del país.

Ataques al neoliberalismo, a los mercados, al pago religioso de la deuda y empoderamiento ciudadano salen de su boca con sosiego mientras le brillan los ojos con ilusión: “Van a cambiar los esquemas para bien. Se han acabado las mayorías absolutas. ¿Qué hay más contrario a la democracia que algo absoluto? Con las nuevas tecnologías tenemos voz, ya no somos súbditos. Es el turno de los ciudadanos”. Este octogenario tuitero no para de soltar frases cortas y contundentes, como si estuvieran pensadas para caber en esos 140 caracteres de la red social o para servir de titular de un periódico: "La única alternativa a la revolución es la evolución".

Mayor Zaragoza ha participado los pasados 1 y 2 de junio en el I Encuentro de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), que tiene como objetivo dar a conocer en España los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Se trata de 17 metas que la comunidad internacional debate en el seno de la ONU para guiar las políticas de cooperación del mundo hasta el año 2030 y que serán previsiblemente selladas el próximo septiembre en Nueva York. Sustituyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ocho líneas maestras que se habían trazado para conseguir un planeta un poco menos injusto y que caducan este año. Se fraguaron con Mayor Zaragoza como presidente de la Unesco. Entonces fue crítico con los propósitos que finalmente se cerraron, le faltaban ambición, según su punto de vista. “Uno de ellos era reducir la pobreza extrema a la mitad. Eso era condenar a la otra mitad de la humanidad cuando hay medios de sobra para evitarlo. Solo falta la voluntad de los Estados”, exclama.

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Tiene grabadas en la cabeza dos cifras: las 20.000 personas que mueren cada día en el planeta por hambre y los 3.000 millones de dólares de gastos militares cada 24 horas. “Bastaría con un mes de ese despilfarro y se solucionaría el problema”. Se indigna con estos números, con la desproporción del reparto de la riqueza —“las 85 personas más ricas tienen tanto como las 3.500 millones más pobres”—, con el incumplimiento de los Gobiernos de destinar el 0,7% de sus presupuestos a cooperación: “Se estarían quedando con el 99,3%, pero ni a eso llegamos y vamos para atrás. Tenemos que hacer caso a lo que decía Roosevelt: ‘La clave para el mundo es compartir y cooperar”.

Con respecto a estos 17 ODS, es algo más optimista, aunque a él no le gusta usar esa palabra y se autodenomina “esperanzado”. Una de ellas es la erradicación absoluta de la pobreza extrema, ese punto que se quedó a medio hacer en la anterior iniciativa internacional. “Los Gobiernos deben tener en cuenta que si no se comprometen con esto las personas les van a retirar su apoyo porque vamos hacia una democracia auténtica, no absoluta”, subraya.

A Mayor Zaragoza no le importa que le tachen de antisistema. “Si tenemos un partido Republicano en Estados Unidos que no ha firmado los derechos del niño, que no quiere someterse a la Corte Penal Internacional. Sustituyeron a las Naciones Unidas por la vergüenza de los G7 y G20. En los tiempos que todos clamaban por la paz, Ronald Reagan y Margaret Tatcher impusieron un sistema que todavía estamos padeciendo. Por eso hablamos de deuda, de prima de riesgo y de valores bursátiles en lugar de valores éticos”, resume.

El que fuera político sigue muy activo y hoy preside la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte. Aprovecha este puesto para arremeter de nuevo contra la que considera una de las mayores miserias de EE UU: “¿Cómo voy a reñir a China, que tiene mucho que reñir, si 34 estados de este país, todos republicanos, la siguen aplicando?”.

Mayor Zaragoza mira con nostalgia una Europa que era símbolo de democracia y solidaridad y se ha "rendido a los mercados". Pero el futuro va a ser distinto, en su opinión. Los ciudadanos ahora pueden ser oídos por medio de las redes sociales, pueden participar más activamente en la sociedad y pueden hacer suya una cita del poeta catalán Miquel Martí i Pol que resume su forma de ver el mundo: “El porvenir está por hacer. ¿Quién, sino todos?”

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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