Ecologistas a favor de la cadena perpetua
El Partido Verde seduce a los mexicanos al exhibir su dureza ante las próximas elecciones
A México se le sitúa con facilidad en el mapa, pero no en la ideología. La tabla de equivalencias políticas (izquierda-centro-derecha) que funciona en otras latitudes resulta poco útil aquí. El paradigma es el eterno y magmático PRI, pero hay otras fuerzas que le superan en singularidad. El caso más notable corresponde al Partido Verde Ecologista de México.
La formación se ha convertido en la estrella de las elecciones al Congreso del próximo 7 de junio. En pleno auge, algunas encuestas la sitúan ya como tercera fuerza, con más del 10% del voto. El peso justo para evitar, con su apoyo, la previsible pérdida de la mayoría del PRI. Hasta aquí, todo normal. Un partido verde en ascenso, dispuesto a ayudar, como lo lleva haciendo desde hace años, a la formación gobernante. ¿Dónde radica la polémica? Lo primero, en el color. El Partido Verde tiende a lo oscuro. Ha defendido con ahínco la pena de muerte, sataniza a los delincuentes y se ufana de haber logrado la cadena perpetua para secuestradores. Lo segundo, la formación que en su día hizo un uso intensivo del concepto de casta (“no votes por un político, vota por un ecologista”, fue su lema) ha quedado en manos de un clan familiar episódicamente sacudido por escándalos de enorme turbieza.
Todo ello debería alejarles del favor del votante. Pero en un país estragado por el crimen, la exhibición de dureza ante el delito le ha dado al Partido Verde un combustible inagotable. Burlando las estrictas prohibiciones a la propaganda electoral, durante meses ha inundado México de impactantes anuncios y spots que, en tono de telenovela, apelan descaradamente al voto. Especial éxito ha tenido el titulado Cadena perpetua aprobada.
De nada han servido las quejas de otros partidos, las críticas de los medios escritos ni la decena larga de sanciones impuestas por la autoridad electoral. El Partido Verde, espoleado por las encuestas, ha decidido continuar explotando el filón y romper con el ecosistema político. El 7 de junio se conocerá el impacto de esta estrategia.
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