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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Retroceso de décadas

El boicoteo al Rey de España certifica el infantilismo como enfermedad política de IU

Izquierda Unida amenaza intermitentemente con romper el consenso sobre elementos básicos de la Constitución, incluida la Monarquía. Está en su derecho de insistir en esa línea, como lo hacen varios de sus dirigentes y exdirigentes. Pero negarle el saludo al Rey en su visita a Bruselas, además de una evidente falta de educación, no les permitirá avanzar un ápice en la dirección reivindicada. Por el contrario, explica mucho del infantilismo como enfermedad de IU. La que hasta ahora era la tercera fuerza política española se está ganando a pulso la candidatura de convertirse en una opción marginal.

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Por si cabe alguna duda de ello, conviene analizar la actitud de Pablo Iglesias, líder del partido que más se ha distinguido por sus críticas rotundas al régimen del 78 y claro aspirante a hacerse con los votantes de IU. Iglesias le ganó por la mano a la formación encabezada por Cayo Lara y Alberto Garzón. Cierto que el dirigente de Podemos exhibió un par de peculiaridades (el atuendo informal, el regalo de Juego de Tronos a Felipe VI), pero participó tranquilamente en el acto. Al hacerlo se convirtió en protagonista de los comentarios en los medios informativos y las redes sociales, mientras que la comunicación política pretendida por IU pasó del todo inadvertida.

El boicoteo resulta más significativo por el hecho de que el Partido Comunista de España (PCE) reconoció a la Monarquía en los momentos más críticos de la transición de España a la democracia, cuando aquella fuerza —hoy integrada en IU— estaba liderada por Santiago Carrillo. En 1978, esta misma formación participó del consenso constitucional, que supuso sacrificios, cesiones y respeto mutuo, eso que hoy se echa tanto de menos.

Criticar al régimen del 78 no tiene nada que ver con negarse a asistir a un acto protocolario con el jefe del Estado. Tampoco estuvieron presentes los eurodiputados de diversas formaciones nacionalistas, pero sus actitudes responden a una lógica distinta a la de quien pretende jugar un papel en el conjunto de España.

Lo sucedido no empaña la jornada vivida por el Rey en las instituciones europeas, a las que visitaba por primera vez como jefe del Estado, ni la invitación expresa que le ha hecho la Eurocámara para hablar a los parlamentarios en una sesión solemne. Hechos más importantes para el europeísmo de España que el boicoteo de algunos diputados.

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