_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Lo obvio y lo real

Rajoy será probablemente el único candidato que repetirá. El PP representará el pasado contra todos

Josep Ramoneda

Después de años renegando de la herencia socialista, causa de todos los problemas de España, Rajoy se fija como objetivo, para ganar las próximas elecciones, alcanzar antes de finales de año el número de parados y de afiliados a la Seguridad Social que había cuando Zapatero abandonó el poder. Extraño éxito del presidente: ya estamos como cuando llegué. Es una muestra más del desconcierto que ha aflorado en la derecha después de una derrota en Andalucía superior a lo que se esperaba.

“Orgullo de ser del PP”. Cuando se apela al patriotismo de partido, es porque se ha captado que más allá de los fieles el discurso ya no es atendido. Lo están diciendo los barones, de Feijóo a Fabra, cuando afirman que lo que falla es la comunicación. Sus palabras no llegan, porque hace tiempo que se renunció a un discurso político. Desde el punto de vista económico, los resultados —desigualdad abismal, precariedad, incremento de la pobreza, hundimiento de los salarios— demuestran que el proyecto político era inconfesable, por eso Rajoy se escudó en que “no hay alternativa” y se puso a rebufo de la ortodoxia alemana. Y cuando intentó compensar a los suyos con la restauración conservadora se pilló los dedos: la reacción contra su reforma de ley del aborto le desconcertó y bajó el diapasón, sin por ello renunciar a restringir derechos como se ha visto con la ley mordaza.

El presidente se ha ido parapetando detrás de las cifras y ha perdido visión. “Lo obvio es lo real”, ha dicho a sus correligionarios. Su problema es que lo obvio para él y lo obvio para los ciudadanos no es lo mismo, porque para estos no hay expectativas de futuro. El que no tiene trabajo encuentra enormes dificultades para conseguirlo, y el que lo consigue no siempre recibe un salario y una estabilidad suficientes para vivir en condiciones dignas. Cierto que hay crecimiento, cierto que hay señales de recuperación, pero pésimamente redistribuidos, que sólo alcanzan al segmento de la población menos afectado por la crisis.

En otoño Rajoy será probablemente el único candidato que repetirá. El PP representará el pasado contra todos. Para afrontar esta batalla recurrirá al miedo y a la descalificación. Todo lo que no es establecimiento bipartidista es presentado como populismo, en una concepción tan estrecha de la democracia que la reduce a la alternancia entre casi iguales. El más grave caso de populismo que se ha dado en la España democrática ha sido la campaña electoral de Rajoy de 2011, cargada de promesas que sabía perfectamente que no podría cumplir. Para ocupar las instituciones y usarlas a su antojo, el PP no necesita aprender de nadie. El temor al pluripartidismo y a la fragmentación del espacio político es una reacción corporativista que por sí sola demuestra que el régimen necesita oxígeno. Aprendamos de los ingleses: bienvenidos los nuevos y que cada cual juegue lealmente sus cartas. Los ciudadanos decidirán. ¿O no es eso la democracia? 

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_