“Por favor, no fotografíen mis platos”
El chef británico Heston Blumenthal, en contra de la ‘instagrammanía’ en su restaurante
Heston Blumenthal está cansado de los comensales coleccionistas compulsivos de imágenes para subirlas a las redes sociales. Tanto en el restaurante The Fat Duck y el pub con estrella The Hinds Head, en Bray, como en Dinner by Heston, en pleno centro de Londres, el cocinero británico ha introducido una “política de comportamiento”, de la que se ha hecho eco la prensa de su país.
Blumenthal no deja que se tomen fotografías con flash. Tampoco que los captadores de instantáneas se levanten de sus mesas para buscar el mejor ángulo, molestando de paso a otros clientes. Y otro asunto que le parece molesto es que los foodies se entretengan en enfocar las viandas mientras los camareros sufren al ver que los delicados platos pueden perder su temperatura, textura o esencia.
Su restaurante de cabecera, The Fat Duck (con tres estrellas), acaba de mudarse a Australia, a Melbourne, para permanecer allí seis meses. Mientras, el espacio del pato gordo, que cumple 20 años de existencia, será remodelado. Gazpacho de calabaza roja, gachas de caracol con hinojo y jamón Joselito, sonido del mar (mariscos y algas para masticar con auriculares)... son algunas de las creaciones que se podrán probar en Australia, parte de un menú que requiere varias horas de degustación. “Es un viaje de historia, nostalgia, memoria y emoción, una fantasmagoría multisensorial”, afirma el chef, de 48 años, un inquieto profesional que ha revolucionado la cocina de su país con técnicas vanguardistas.
“No me parece bien que se cuelgue en Internet todo mi menú”, dice a propósito de la instragrammanía. Para controlar lo que se publica, él mismo ha montado una cuenta en Instagram con las imágenes que considera oportunas.
En la línea de Blumenthal, varios destacados cocineros franceses plantearon el verano pasado prohibir el uso de cámaras y teléfonos inteligentes en sus restaurantes. “Antes la gente sacaba fotos de su familia, ahora se empeñan en fotografiar platos”, se quejaba Alexandre Gautier (La Grenouillère).
En el extremo de este asunto, un restaurante mexicano de Sudáfrica, El Burro, anima a su clientela a inmortalizar los platos. Incluso ha instalado un artefacto, el #dinnercam, donde el plato es iluminado y dispuesto para ser fotografiado en plan estudio y subido directamente a Instagram. Además, imprime el resultado como recuerdo.
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