El hijo de mi vecino rico
Tengo un hijo que estudia el cuarto y último año de grado con gran esfuerzo económico por nuestra parte. Cuando termine buscará trabajo y tratará de costearse un año de máster para competir mejor en el mercado laboral.
Tras el nuevo real decreto del ministro Wert me he imaginado qué hubiera ocurrido si mi hijo comienza este año sus estudios de grado al mismo tiempo que el hijo de mi vecino rico. Al cabo de tres años nos acogeremos a la generosa oferta del ministro y mi hijo terminará sus estudios de grado, buscará trabajo, pero será imposible costearse dos años de máster. El hijo de mi vecino rico dispondrá de tres opciones para conseguir una mejor titulación: un grado de cuatro años (25% más de formación), un grado de cuatro y máster de uno, y un grado de tres y máster de dos. Con toda probabilidad el hijo de mi vecino rico será el jefe de mi hijo.
Gracias, señor Wert por contribuir al cumplimiento de esa ley natural según la cual los hijos de los ricos deben ser los jefes de los hijos de los pobres, gracias por preocuparse por nuestro ahorro y de paso ahorrar para el erario público disminuyendo la enseñanza pública (un año menos de profesores, de subvenciones, de becas, etcétera) y aumentando la enseñanza privada, y quizá cuando cese en su cargo cumpliendo (¡por supuesto!), con todos los requisitos legales, cruzar alguna puerta giratoria.— Francisco Zurita Armenta.
