Cuando la comida no es solo comer

Con motivo del segundo aniversario de La buena vida, mercado de productos artesanos, ecológicos y de proximidad de Madrid sin intermediarios, los organizadores quieren potenciar el movimiento de la comida buena que promueve el siguiente mensaje: “Los alimentos no son solo saludables, sino que implican beneficios económicos, sociales y ambientales”.

El movimiento por la comida buena surgió hace dos años, cuando dos jóvenes emprendedoras quisieron recomponer el vínculo con lo qque comían. “Cada vez hay más gente que quiere comer de forma diferente. No solo porque buscamos alimentos más saludables, sino porque somos conscientes de los impactos ambientales, económicos y sociales relacionados con el comer”, explica María Álvarez, una de las fundadoras del mercado. Este movimiento está directamente relacionado con la explosión de la agricultura y ganadería ecológica. “Como consumidores, hemos reaccionado ante cifras como las que señalan que la producción de los alimentos genera casi un 30% de las emisiones de los gases de efecto invernadero en la UE o que, aproximadamente, un tercio de los alimentos producidos acaban en el cubo de basura”, señala Elena García-Arévalo, cofundadora de La buena vida.

En este tiempo, se han celebrado 27 ediciones del mercado, en la que se ha reunido a 130 productores y a unos 50.000 visitantes. “La Unión Europea destaca que el 80% de los europeos estamos preocupados por lo que comemos, cada vez surgen más proyectos de emprendimiento en torno a la alimentación saludable y sostenible y según la EPA, en 2014, hay un 8% más de madrileños trabajando en el sector primario, en el campo, que el año pasado. Al parecer muchos de ellos son jóvenes”, apunta Álvarez.

Entre las actividades propuestas en este segundo aniversario, los ciudadanos podrán aprender a hacer pan en su casa. “Niños, adultos y mayores pasarán por nuestro espacio Impact Hub Madrid (Gobernador, 26) para aprender a amasar y hornear su propio pan. ¡Y saldrán con uno debajo del brazo!".

En el mercado podemos encontrar verduras ecológicas, pan artesano, miel, conservas y embutidos caseros, cerveza artesana, vino y aceite ecológico… “Un lugar diferente para quedar con los amigos y la familia para picar algo. Además, como siempre, contaremos con zona infantil en la que los niños pueden incluso pintar las paredes”, aseveran sus promotores.