Sobre confusiones e ignorancias
Con su defensa ad hominem de Ortega, Cercas no podía ofrecer mejor ejemplo de lo que criticamos. La contribución global de un autor tal vez sea relevante para entrar al Olimpo; pero, para avanzar el conocimiento, lo imperativo es discutir ideas concretas. Al valorar los exabruptos políticos de Ortega en 1914, es irrelevante lo atinado que haya estado o no en otras ocasiones. Si nos interesa Ortega es porque aún constituye el paradigma de compromiso político del “intelectual” español. Para desgracia de este país, su frivolidad aún representa a mucho autor que, con base en lo que imagina, se cree preparado para resolver problemas sociales, como si la tarea de analizarlos fuese remotamente similar a la de escribir una novela.— Benito Arruñada y Víctor Lapuente.
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