Las contradicciones de Naomi Campbell con las pieles
La modelo, imagen de la asociación PETA, presume de regalos en Instagram y provoca la ira de sus seguidores
“Prefiero ir desnuda que usar pieles”. Así, desnuda, posaba Naomi Campbell junto a otras top model en una campaña que PETA lanzó hace 20 años. La organización ecologista, famosa por boicotear desfiles, tiendas y eventos en los que la piel animal es la protagonista, encontró en Campbell a una de sus más firmes, y famosas, portavoces. Pero eso fue en los años noventa, una época en la que las proclamas de PETA comenzaban a concienciar a ciertos sectores de la industria y en la que las mejores maniquíes ejercían como modelos generacionales e incluso como portavoces. Han pasado dos décadas, y a Naomi le ha dado tiempo a desdecirse de aquella postura ecologista en varias ocasiones. La última vez tres días atrás.
El pasado fin de semana la llamada diosa de ébano subía una foto a su perfil de Instagram en la que mostraba los objetos que Riccardo Tisci, director creativo de Givenchy, le había regalado por Navidad. Entre las bolsas resaltaba un abrigo de pieles y un bolso de serpiente. La imagen obtuvo más de 22.000 me gusta, pero la mitad de los 600 comentarios que acumula son reprobatorios. “Eres una hipócrita, deberías avergonzarte”, “Me has decepcionado”, “Espero que sea falso. Si no lo es, no vuelvas a enseñárnoslo”. Otros seguidores no fueron tan políticamente correctos y optaron por el insulto. Algunos, incluso, pidieron al resto que dejaran de seguirla en las redes sociales. Ni Givenchy se ha pronunciado sobre la autenticidad de las pieles ni la modelo ha querido ofrecer declaraciones. La foto, además, no ha sido borrada.
No es la primera vez que Naomi se enfrenta a las acusaciones de hipocresía con respecto a este tema. En 2009 fue imagen de la firma de peletería de lujo Dennis Basso, y lució en sus campañas varios abrigos confeccionados con animales exóticos. Según contaba entonces en el tabloide Daily Mail, Heather Mills, exmujer a Paul McCartney, escribió una carta a la modelo denunciando su hipocresía. “Sí, todavía uso pieles, pero ya lo he arreglado con PETA”, declaraba entonces la modelo en un escueto y misterioso comunicado. Hace una semana, también protagonizaba un editorial para la revista Madame Figaro vestida únicamente con abrigos de piel (se desconoce su autenticidad, pero pertenecen a prestigiosas firmas de lujo) y diamantes. Unas piedras preciosas que también fueron motivo de controversia en 2010, cuando la top tuvo que admitir ante un tribunal (acusada previamente por la actriz Mia Farrow) que había aceptado diamantes de sangre de Charles Taylor, expresidente de Liberia, durante una cena con Nelson Mandela.
Otras deserciones
En cualquier caso, Campbell no es la única celebridad que ha decepcionado a PETA. “Hacer anuncios con pieles ya es lo suficientemente malo, pero Cindy Crawford posó para una de nuestras campañas e incluso firmó una petición para convertirse en portavoz contra el uso de las pieles” escribía hace unos años la organización en su página web. La supermodelo, que cedió su rostro para la iniciativa furisdead.com, apareció meses después en la publicidad de la firma BlackGamma luciendo visones. Y en 2007 no le importó lucir un abrigo del mismo animal en la portada de Vogue Rusia.
Khloe Kardashian, estrella estadounidense del reality, se desnudaba hace un par de años bajo el mismo lema y la misma causa que movió a Naomi Campbell años atrás. Poco tiempo después, una activista lanzaba una bomba de harina sobre su hermanísima Kim, quien no dudó en aparecer en varios programas defendiendo el uso de las pieles. Hasta su marido, el rapero Kanye West, lanzó una canción anti Peta, Theraflu. Y Khloe se sumaba a ellos, y se desligó de la asociación lanzando un comunicado en el que denunciaba: “No sólo PETA ha mentido a su público, ha demostrado que apoya este tipo de comportamiento”.
Otras famosas como Pamela Anderson, Natalie Portman o Stella McCartney siguen siendo fieles a la organización. La guerra de Naomi Campbell hoy, sin embargo, es otra: denunciar la falta de diversidad racial sobre las pasarelas bajo el paraguas de la asociación Balance Diversity.
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