_
_
_
_
La imagen
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La bolsa de la basura

Aunque su despacho cae un poco lejos de nuestras cocinas, sus decisiones nos afectan como si viviera en el piso de al lado

Juan José Millás
El presidente de la Comisión Europea y ex primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker.
El presidente de la Comisión Europea y ex primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker.Oliver Hoslet (Efe)

Este señor al que le encanta tocar la campanilla se llama Jean-Claude Juncker y es el presidente de la Comisión Europea. Por entendernos, hablamos del jefe de Estado y primer ministro de todos y cada uno de nosotros. Dependen de él los comisarios, los presupuesto, la supervisión de los trabajos en marcha, los proyectos legislativos… Nada escapa a su control, a su vigilancia, a su examen. Aunque su despacho cae un poco lejos de nuestras cocinas o de nuestros cuartos de estar, sus decisiones nos afectan como si viviera en el piso de al lado. Nos perturba si pone la música demasiado alta, si permite ladrar al perro durante horas, si se pasa el día colgando cuadros, si deja la bolsa de la basura en el descansillo de la escalera.

Pues bien, este señor al que el Parlamento Europeo ha votado por mayoría absoluta para un mandato de cinco años, viene de Luxemburgo, donde, siendo ministro de Finanzas, firmó pactos secretos con una serie de multinacionales que, gracias a él, evaden legalmente sus impuestos en diferentes países de la Unión, España entre ellos. Todo es legal, arguyeron las autoridades luxemburguesas cuando saltó el escándalo, sin advertir que el problema, precisamente, era ese: su legalidad. Ya sabemos que es legal que los ricos no paguen y que eludan las penas de prisión y que se pongan el mundo por montera. Y eso es lo que tenemos que modificar para que la Unión sea un poco decente, pero, sobre todo, un poco unión. ¿Será posible el cambio teniendo de mandamás al señor de la foto, que toca la campanilla financiera con la mala fe con la que la tocaba Rato?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_