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El prisma del cuerpo

La languidez y las curvas conviven. Los clichés permanecen. Pero se consolidan las voces que defienden el poder de la singularidad

Patricia Peiró
La modelos Cristina Tosio.
La modelos Cristina Tosio.Gonzalo Machado

Fuera iconos únicos. El referente estético depende solo del espectador. El abanico de modelos deseados se ha abierto tanto que oscila desde una contundente Beyoncé hasta la delicada Keira Knightley. Ambas poderosas en su estilo. Ellas mismas sacan las uñas para reivindicar su figura fuera de las medidas perfectas. La cantante estadounidense montó en cólera cuando una firma sueca decidió afinarla para su colección baño este verano. Y la actriz británica criticó su aumento de busto repentino para el cartel promocional de la película Rey Arturo (2004). Harta de este insistente retoque, que se repitió en la campaña de Chanel de 2009, el pasado agosto posó en toples para reivindicar los pechos pequeños.

Vistos estos ejemplos, hoy es más fácil que en otros tiempos encontrar un reflejo con el que compararse para aceptar nuestro cuerpo. Y ver la belleza en la variedad. Según el estudio antropométrico de la población femenina en España realizado por el Ministerio de Sanidad en 2008, uno de los pocos de los que se extrajeron datos relevantes sobre la satisfacción de las mujeres con su físico, el 62% de las mayores de 20 años estaban contentas con su imagen. “La aceptación de uno mismo pasa por darnos cuenta de que somos seres terrenales, comprender nuestros límites y a partir de ahí relacionarte con los demás”, explica el profesor de Estética de la Universidad Autónoma de Madrid y experto en el cuerpo como referente artístico, José Jiménez.

A veces somos conscientes de nuestros cuerpos como objetos que se han de mirar, mientras que en otros, como el hogar, no sintonizamos con nosotros mismos"

El camino ha sido largo y los condicionantes aún existen. El físico musculado, como el de algunos protagonistas de este reportaje, continúa representando un cliché difícil de desbancar en el ámbito masculino. “Yo necesito hacer deporte para sentirme bien. Es una satisfacción cuando ves que tu trabajo va teniendo resultado”, admite el actor Mario Plágaro. Prueba de ello son también las críticas que reciben los personajes públicos a propósito de su aspecto. “Curvilínea y orgullosa”, publicó Lady Gaga en Twitter tras los comentarios sobre su aumento de peso este verano. La cantante Adele tuvo que escuchar en 2012 de boca del diseñador Karl Lagerfeld que estaba “un poco demasiado gorda”. Toda esta polémica viene suscitada porque el cuerpo continúa representando un foco de atención. La profesora Ana Martínez en su estudio sobre la construcción social del cuerpo asegura que “a veces somos conscientes de nuestros cuerpos como objetos que se han de mirar, mientras que en otros, como el hogar, no sintonizamos con nosotros mismos como objetos que han de ser contemplados”.

Una cortesana llamada Olympia se convirtió en una trasgresora de su época al ser una de las primeras que lucía su cuerpo sin complejos. Atrás quedaron los desnudos mitológicos y de físicos idealizados cuando Manet expuso por primera vez en el París de 1865 su retrato de alguien real. De aquel posado, a los de Candice Huffine, la top-model de talla 46, que encabeza una ola de modelos sin miedo a su exuberante figura. La salud no se identifica con un solo tipo de cuerpo. La investigadora de antropometría de la Universidad Complutense de Madrid, María Dolores Cabanas, advierte de la diferencia entre aspecto y bienestar: “Se confunde el concepto salud con una determinada imagen, y no siempre es así”.

¿Hemos llegado a la libertad del canon de belleza? Siguen imperando reglas, pero los expertos consultados coinciden en que los corsés se han aflojado. La pauta que una época marcaron pintores o escultores ahora recae sobre los medios de comunicación y, en última instancia, sobre las redes sociales, encargadas de propagar cada uno de los instantes de la vida. En su estudio Figuraciones del cuerpo femenino en el siglo XXI, la especialista en branding Claudia del Carmen Herrera defiende que “hoy en día, el cuerpo liberado es el ideal: el representado por los medios e interpretado en nuestro imaginario como el canon de belleza a seguir”. Sin embargo, más adelante apunta que las pautas siguen presentes. La autora considera que en la actualidad “nos enfrentamos a un físico deportivo como imagen corporal propuesta; es la representación de un cuerpo sano, hermoso y fuerte”.

Hoy en día, el cuerpo liberado es el ideal: el representado por los medios e interpretado en nuestro imaginario como el canon de belleza a seguir”

En esta amplitud a la hora de entender la belleza, siempre está presente esa dicotomía entre lo que pensamos de nuestro propio cuerpo y lo que perciben los demás. Ese “relato de lucha entre lo que queremos ser y lo que se ajusta a la realidad, en palabras del profesor Jiménez. No deja de sorprender el complejo de inferioridad física que siempre sufrió la soprano Maria Callas tanto como agrada la seguridad que mostraba una suntuosa Mae West (“cultiva tus curvas, pueden ser peligrosas, pero no las evitarán”, dijo en una ocasión la actriz).

El canon ideal nada en las corrientes de lo ecléctico. Ya no hay necesidad de utilizar un mismo patrón para alcanzar un arquetipo. Tras numerosas entrevistas a jóvenes para sus investigaciones, la profesora de la Complutense Dolores Cabanas extrae una conclusión: “En la vida real no queremos al modelo sobre la pasarela, sino una persona normal con la que compartir experiencias".

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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