RTVE y la memoria histórica
La situación crítica en la que se encuentra la Corporación RTVE no llega de manera súbita. En el año 1988, el Gobierno de Felipe González impulsó la Ley de Televisiones Privadas, aprobada por las Cortes pero, alegando que había tartacomercial para todos, se olvidó de algo importante: definir el modelo de financiación de la radio y televisión pública.
El Gobierno del señor Aznar tampoco definió un modelo estable de financiación y utilizó el medio para potenciar su persona, la tesis: a los españoles no les interesa mucho la política pero sí, sin duda, las actividades del presidente.
Llegó el Gobierno de Zapatero y para solucionar el problema nombró un comité de sabios presidido por don Emilio Lledó. El comité hizo el trabajo encomendado y elaboró unas conclusiones, lo que supuso un importante revés para la corporación pública. Lo único que hizo bien Zapatero en RTVE fue nombrar a Fran Llorente como director de informativos.
Y el Gobierno presidido por Rajoy está rematando la corporación con unos nombramientos que, por evidente ineptitud, han hecho caer la credibilidad y la bondad de la programación de la radio y televisión pública a niveles acordes con su paupérrima audiencia. Para muchos la radio y televisión pública española es un medio fundamental en una sociedad occidental y democrática. Los que defendemos la radio y televisión pública no queremos que quede enterrada en la arena de la memoria historia.— José Antonio Martínez Lamoca.
