El referéndum en Escocia
Ha ganado el no. ¿Por qué?, porque el objetivo principal de más autonomía financiera y más competencias ya se ha conseguido. Porque las sociedades nórdicas, como la escocesa, al mismo tiempo que se pueden considerar muy avanzadas para ciertas cosas, para otras son profundamente conservadoras, de ahí la pervivencia de sus incuestionadas monarquías. Porque todos estos movimientos centrífugos, como el catalán, son huidas hacia delante de una crisis que sigue su curso, aunque eso sí, todos tienen en común sentimientos arraigados que convenientemente manipulados están dando mucho juego. El caso es que el futuro de las sociedades pasa por el fin de los Estados, si es que antes no se extingue la humanidad, pero de momento tenemos lo que tenemos.— José Miguel Grandal López. Cartagena, Murcia.
Escocia seguirá formando parte de Reino Unido. Pero también habrá triunfado el sí. Porque en ese preciso momento los nacionalistas serán mucho más beligerantes, activos y radicales para conseguir que la próxima vez ganen ellos. Que la habrá. Porque la secesión, la independencia no es una intención con fecha de caducidad, todo lo contrario, ellos no cejan, ni cejarán nunca, en lograr su objetivo, de ahí la inutilidad de tener actitudes transigentes con estos sectores de las sociedades modernas surgidas del romanticismo europeo, y que en la inmensa mayoría de los casos están sustentadas en diacronías históricas, fabuladas por algunos sectores políticos, que incapaces de acceder al poder del Estado, quieren acceder, al menos a un poder regional reconvertido en mini Estado. ¿Acaso no llevan los escoceses sus kilts sin calzoncillos y sus thistles y toman su buen whisky? Si hubiese ganado el sí nada hubiese cambiado en la vida de los escoceses, excepto que todo seguiría igual, no serían más escoceses, ni menos ingleses; todo seguiría igual excepto cuando una mañana se levantasen y se diesen cuenta de que su moneda se había devaluado; de que la gasolina sería más cara; de que los bancos ya no eran los mismos, de que su pasaporte había perdido las siglas UK y Unión Europea. De la noche a la mañana su mundo se habría convertido, con ellos dentro en Liliput. De ahí la desigualdad del sí y del no. Si el no hubiese perdido, lo hubiese hecho para siempre, la victoria del no es tan solo temporal, y circunstancial.— José María Lorente Hernandis. Valencia.
Si los escoceses con importantes reservas de petróleo han dicho no a la independencia, qué tenemos que decir los catalanes con una deuda de 60.000 millones de euros, sin posibilidad de financiarnos fuera, con ningún apoyo internacional y con una corrupción institucional y endémica. Más cordura y menos sentimentalismo. Se acabó lo que se daba.— Joaquina Palau y Gabarró. Edimburgo, Reino Unido.
¿Por qué no les dejaste votar, Mariano? Has creado un problema mayor ahora, mira cómo en Escocia fueron sensatos”. Estas son las palabras que dentro de poco Merkel u otro dirigente europeo le podría comentar a Rajoy en referencia a Cataluña. Y es que una de las mayores fábricas de independentistas de los últimos años ha sido el Gobierno del Partido Popular, adoptando una estrategia política pésima e impidiendo un fracaso, como en el caso escocés, en Cataluña.— Ricard Grèbol Jiménez. Barcelona.
