Menos paro, pero menos derechos

Los números son muy sufridos. La interpretación que dan unos u otros de las estadísticas, según el cargo que ocupen y el partido, organización o sindicato al que representen, varía ostensiblemente. Me refiero, claro está a las cifras del paro que hemos conocido estos días. Mientras el Gobierno lanza las campanas al vuelo con la recuperación del empleo y los datos del PIB, la oposición hace lo propio, criticándolas y/o matizándolas. Ocurre lo mismo cuando se convoca una manifestación. Nunca coinciden las cifras, según las facilite la policía, la Delegación del Gobierno o los convocantes.

Es obvio que el número de parados se ha reducido, pero como en los contratos hay que leer la letra pequeña; y la letra pequeña en este caso indica que el empleo que se ha creado es precario, a tiempo parcial, con sueldos de miseria y coyuntural por el periodo estacional en el que nos encontramos. El sector servicios es el que está tirando del carro de la economía y el que está generando puestos de trabajo ahora mismo, como otrora lo fue la construcción. No ocurre lo mismo en otros sectores, por ejemplo, el agrario. El problema de vivir solo de un sector productivo como es el turismo de sol y playa tiene sus inconvenientes, como ya ocurrió cuando toda la economía giraba en torno a la construcción. Se vino abajo el sector y con ello casi todo el tejido productivo de este país.

Cambiar de modelo productivo no es fácil y requiere un cambio de mentalidad. El primer paso es invertir en I+D. Algo que cada vez más están haciendo nuestras empresas.

Es bueno tomar nota de los errores pasados para que no vuelvan a producirse.— Patricio Simó Gisbert.